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¿Cómo me enamoré de un dragón?

Summary:

La tranquilidad es algo que Azusa no ha podido experimentar siempre, en especial desde que pasó 300 años siendo una bruja.
Ahora que parece que todo está más tranquilo, un nuevo problema diferente surgirá para ponerla a prueba junto a Laika.

Chapter 1: La confesión de Laika (parte 1)

Chapter Text

- "¡HAA!" -.

- "Bien, hemos terminado por hoy, Laika" -.

La rutina diaria de matar slimes acababa de concluir. Azusa puso la mano en el hombro de Laika que se detuvo de manera abrupta y se tranquilizó en ese momento de toda la magia que estaba usando justo ahora.

- "Volvamos a casa" -. La sonrisa de la bruja de cabello rubio era tan brillante que no pudo evitar asentir con mucha felicidad.

Hoy tuvo la suerte de que Halkara se encargaría de la cocina, por lo tanto a Laika le tocará hacer la limpieza hoy.
- "¿La señora Azusa tiene algunos planes para hoy?" -.

- "Dormir por toda la tarde suena relajante para mí, escuché que esta noche Beelzebub va a comer con nosotras el nuevo platillo que Halkara tenga que hacer, podrías también ayudar y agregar la salsa especial, será una gran cena después de tanto tiempo como familia sin meternos en alguna situación extraña y pasar tiempos de tranquilad" -.

Ellas estaban cerca de la casa, que a pesar de eso la dragona que se encontraba en su forma humana se quedó inmersa pensando en la sugerencia.
- "Hmm, no suena nada mal, y si a la señora Azusa le gustaría probar otra vez de la salsa que tanto le gusta estoy encantada de cocinar para todos" -.
Azusa sonrió de forma algo emocionada escondiendolo con una simple risa.

- "Que haríamos sin tí..." -. Fueron las palabras que ella dijo en un susurro.

"¡Realmente la señora Azusa es tan increíble!, desearía poder acompañarla por el resto de la eternidad". Laika se ruborizó con una sonrisa que expresaba total agradecimiento por sus palabras tan conmovedoras.

- "Acerté en recomendarle a Laika que le agregara su salsa a los hongos con arroz de Halkara" -.

Laika algo tímida con una sonrisa que apoyaba sus manos en la mesa, respondió.
- "No diga eso señora Azusa, seguro fue la carne que le dió mejor sabor.
Si cualquiera me lo hubiese pedido yo con gusto lo habría hecho, ¡es genial que a todos les guste mi salsa!" -.

"Y que la señora Azusa sea una fanática hace que me sienta más orgullosa y feliz de hacer estos platillos, se ve tan linda sonriéndome ahora". Laika sonreía tontamente a ella y Flatorte de manera gruñona le dió un codazo, el dragón rojo se giró llena de una furia nunca antes vista y le retó con la mirada después de lo que hizo.

Una de las sentadas en la mesa estaba al tanto del extraño comportamiento que tenía Laika y disimuladamente siguió comiendo el platillo.
- "¡Abre la boca!" -. Gritó con ternura a la pequeña Falfa que disfrutaba de la comida muy deliciosa.

- "¡Abre la boca también Shalsha!" -. La pequeña hizo caso a su madre bruja y después de saborear el bocado le dió una sonrisa que casi mata a Azusa de la ternura.
- "Si comen bien las dos serán fuertes personas en el futuro como su madre, así que nunca desperdicien la comida niñas" -.

- "¡Si mamá!" -.

Beelzebub ocultó las lágrimas de sus ojos con el dedo.
- "Yo creo que también tendré que ponerme a matar slimes si quiero tener hijas alguna vez..." -.

- "Si hablas por esa lógica extraña, Laika y Halkara tendrían varias hijas que cuidar..." -. Flatorte hizo aquel comentario mientras ocultaba una carcajada.

- "¡Ay no!, ¡¿pero no serían huérfanas de padre?!...creo que ya odio la idea de matar slimes maestra Azusa, no volveré a matar uno más" -. Halkara comía entre lágrimas y Azusa la vió con un rostro incomprensible por sus palabras.

- "Espera señora Azusa...¿pero eso no quiere decir que si matamos juntas un slime y el porcentaje resultara cierto, no tendría que ser nuestra hija?" -. Laika jugaba con los dedos y sus cuernos bajaron tímidamente ya que estaba muy sonrojada.

Enmudecida la habitación, todos quedaron bastante asombrados por lo que había dicho, Beelzebub escupió su bebida casi atragantandose.

- "¡¿QUEEEE?!" -. Halkara estaba tan impactada por sus palabras creyendo que tenía completo sentido la lógica de Laika.

- "¡Que demonios tienes en la cabeza maldito dragón descerebrado!" -. Flatorte en cambio se enfadó y la jaló de la túnica repetidas veces.

- "¡Si eso es cierto deberíamos hacer lo mismo maestra Azusa!" -. Halkara con un grito lleno de emoción golpeó la mesa ocurriéndole una gran idea, Azusa desvío el rostro muy incómoda rechazando lo que fuera que estuviera pensando.

- "Laika no creas en esas cosas" -. La bruja del altiplano regañó al dragón que alborotó toda la mesa.
- "Fue mi error, discúlpeme por decir eso señora Azusa, no volverá a pasar" -. Muy apenada ella bajó la cabeza aún un poco sonrojada.

Beelzebub seguía notando extraño su comportamiento y parecía que nadie le estaba prestando atención.
"Después de esta cena no vas a escaparte de mi, Laika"

Cada vez que Azusa conversaba muy alegre con los que estaban a su lado, Laika no dejaba escapar la opción de verla con un rubor en las mejillas y una sonrisa en los labios.

- "¡Oigan no trajeron más carne de postre?!" -.

- "No Flatorte, primero no se sirve carne de postre, y segundo ya te estás excediendo así que lo mejor será que te olvides por un tiempo de la carne, come más verduras" -. El dragón azul se puso de brazos cruzados con un gruñido de tristeza.
- "Como digas hermana menor..." -. Laika apretó los dientes muy molesta por escuchar esas palabras de forma sarcástica de Flatorte.

- "Una lastima, yo si me quedé con más hambre de la deliciosa carne" -. Azusa sonrió sintiendo algo de lástima.

Los hombros del dragón rojo se tensaron y los pensamientos en su mente tuvieron una breve discusión hasta que alcanzaron una solución después de unos segundos.
- "¡Señora Azusa tenga el mío por favor!, yo ya no tengo nada de hambre por si se lo pregunta" -.

La bruja recibió el plato de carne muy sorprendida y en especial Beelzebub que seguía observando el comportamiento de Laika con Azusa cada vez que la veía.

- "¡¿Pero qué estás haciendo dragón de pacotilla?!, ¡para eso dámelo a mi que estoy a tu lado maldita sea!" -. Flatorte con lágrimas de frustración jaló con más fuerza la túnica de Laika que no le prestó atención.

En la habitación del dragón rojo apareció Beelzebub por un momento para hablar a solas, mientras Laika la veía en silencio muy confundida de que ella quisiera hablarle en privado.

- "Te gusta Azusa, ¿cierto?" -.

- "Por supuesto que me gusta la señora Azusa, ella es mi maestra y es muy importante para mí desde que nos conocimos" -.

Beelzebub puso una mano enfrente de su rostro interrumpiendola.
- "No es eso precisamente Laika, tú sientes algo romántico por ella y se te nota de lejos, además se supone que ella te nombró la hermana menor de la familia" -.

Laika abrió los ojos con una expresión algo nerviosa.
- "¿Qué?, jah...¿n-no hablarás en serio Beelzebub?, ¿Beelzebub?" -.

- "Oh vamos, ¿me estás diciendo que no te gustaría que ella te tomara de la mano cuando salen todo el tiempo, que te dijera cosas lindas y que te diera un beso de las buenas noches?. No puedes mentir en eso último porque te ví celosa cuando le dió un beso a sus hijas antes de dormir" -.

- "..." -. Los labios de Laika temblaban y su rostro se había puesto del mismo color de su cabello.

- "Y no te sientes bien después de que te nombrarán la hermana menor de la gran familia, seguramente ahora ves eso como algo insignificante y quieres un puesto mayor, como por ejemplo ser la novia o esposa de Azusa..." -. Laika muy sonrojada, bajó rápidamente la mirada al suelo luego de abrir los ojos por completo, haciendo más evidentes las palabras de Beelzebub.

- "Escúchame, no pienso decirle a nadie sobre esto, tómate tu tiempo y si realmente quieres que ella te considere como algo romántico debes idear una buena idea para que caiga rendida a tus brazos" -.

Laika juntó las manos poniéndose a reflexionar del que era lo mejor que debía hacer, hasta que se le ocurrió una idea y puso la mano en el pecho con una mirada firme a Beelzebub.

- "Si no le cuentas a nadie prometo que estaré dispuesta a ser tu aprendiz" -.

- "¡¿Me estás chantajeando a mi?!...Laika yo no busco nada de ti, solo espero que tú puedas ser capaz de confesarle tus propios sentimientos que sientes" -.

- "¿Y si me niego a hacerlo?" -. Laika hizo la pregunta con una expresión de negación y desafío mientras desviaba la mirada.

- "Ni modo tendré que decírselo yo a Azusa" -. Beelzebub levantó las manos con una expresión soberbia.

- "¡ESTÁ BIEN LO PENSARÉ!, pero por favor haz como si nunca tuvimos esta conversación, si alguien de la casa se entera de esto va a hacer mucho peor para mí" -.

- "Yo creía que lo mejor era que le contarás a alguien de la casa pero no me meteré más en esto, ahora estás sola...hasta que vuelvan a llamarme y decidas pedir mi consejo" -.

Laika pasó toda esa noche teniendo muchos pensamientos sobre la bruja que tanto cariño le tenía, las palabras de Beelzebub hicieron eco en su mente.
- "Azusa..." -.

Ya en la mañana siguiente su querida bruja esperaba por ella en la entrada de la casa, Laika tuvo que relajarse para no comportarse extraño ante ella.
- "Azusa, yo misma quiero ir a entrenar afuera, no tienes que preocuparte por salir conmigo si no estás libre de tiempo" -. Con una sonrisa se acercó a ella mostrando un semblante tranquilo.

- "¡Ah no Laika!, me encanta pasar estos momentos agradables contigo, ¿por qué no debería estar un rato allá fuera matando slimes como siempre lo hago?" -. Las palabras llenas de humildad por parte de Azusa, hicieron que el corazón del dragón se conmoviera y no tuviera más remedio que maldecirse a si misma por su primera estrategia fallida.
"Tal vez no debí intentar alejar de esa manera ten repentina a la señora Azusa, después de todo ya llevamos bastante tiempo matando slimes juntas...ojalá pudiera rozar su mano aunque sea accidentalmente mientras estamos afuera, de hecho ahora me doy cuenta que eso puede pasar en cualquier momento y no sabría como disimularlo".

...

Ya afuera, Laika mientras mataba slimes sin casi esfuerzo chocó la mano junto a la de Azusa que estaba justo detrás de su espalda.
- "¡Oh lo siento mucho señora Azusa!" -. Dijo la dragona alejándose tímidamente la mano.

- "No importa Laika, ven aquí" -. Azusa de manera desprevenida la tomó de la mano atrayendola para que la viera a los ojos.
- "Si tienes tantas ganas de pedírmelo solo dilo, me gusta estar contigo..." -.

Un beso fue plantado en su frente y Laika soltó un jadeo impactada, con sus mejillas muy sonrojadas.

- "Laika..." -.

- "¿Si señora Azusa?" -.

- "¿Laika?" -.

- "¿No me oye?" -.

- "¡Laika!" -.

...

Laika despertó del trance algo asustada luego de abrir los ojos, dándose cuenta que un slime se encontraba chocando con su pie.
- "Por alguna razón te quedaste suspirando en silencio con los ojos cerrados, pensé que te había pasado algo" -. Dijo la bruja con un tono de voz lleno de alivio.

- "N-no es nada señora Azusa, sigamos con nuestra cacería de slimes para poder irnos a casa rápido" -. Evitó verla a los ojos porque estaba sintiéndose algo tensa, se alejó un poco de Azusa para matar slimes en otro espacio.

Laika se contuvo de no hablar con ella porque podría comenzar a sonrojarse y la iba a descubrir, se dió cuenta que era inútil contenerse cada rato.
"Lo único que puedo hacer a partir de ahora es pasar varios días lejos de ella para poder practicar una confesión que esté a la altura".
Azusa no quiso molestarla tampoco y decidió quedarse en silencio dejándole su espacio toda la mañana hasta que volvieron a casa.
"No puedo dejar de pensar porque Laika está comportándose extraño, ¿habrá pasado algo que no me ha dicho?".

- "¿Laika te sientes bien?, si tienes algo que quieras contarme puedes decírmelo cuando quieras y estaré encantada de ayudarte, eres un miembro importante de esta familia" -.

Al escuchar las palabras de Azusa justo a su lado, no pudo evitar sentirse confundida en esos momentos, sus ojos se abrieron y el corazón le comenzaba a acelerar más de lo normal.

- "¡No!...no es nada, es solo que la comida no me cayó muy bien eso es todo" -. Dicho esto, aceleró el paso para llegar a casa y que Azusa no descubriera el sonrojo en sus mejillas, pero la bruja frunció el ceño muy preocupada.

Ya al llegar a su habitación Laika se encerró y nadie quiso molestarla a pasar de que no fuera normal su actitud, todos a excepción de un fantasma que ante la posibilidad decidió investigar más en el asunto.

- "¡Si sigo metiendo la pata la que me va a descubrir primero es Azusa!, ¡ARRRRRGH!" -. Laika agarró una de sus almohadas descargando toda su ira en ella para que nadie la escuchara.

- "Ella se merece tener todo lo mejor, pero no estoy segura de si le gustaría estar con una dragona. Tal vez podría tener una oportunidad, veamos, ¿de que forma puedo confesarle mis sentimientos?...¡oh ya lo sé!, comenzaré mandándole cartas s-" -.

Laika no continuó ya que justo en ese momento alguien había entrado a su habitación y se encontraba detrás de su espalda.
- "¿Hablas en serio Laika?" -. La conocida voz de Rosarie casi le da un infarto confundiendola con Azusa.

Ella cayó de la silla por el susto.
- "¡¿Rosarie?!, ¡no estoy haciendo nada por si preguntas!, ¿y que haces aquí tan repentinamente?" -.

- "Escuché todo lo que estabas diciendo porque actuabas muy extraño, ¡es lindo que estés enamorada de la jefa!" -. A diferencia de lo que pensaba en su mente, Rosarie parecía estar completamente de acuerdo.

Laika rápidamente le puso un dedo en sus labios.
- "¡Haz silencio por favor!, quiero poner en marcha mi plan que tengo en mente, estoy pensando en como poder confesarme a ella y quiero comenzar probando las cartas de admirador secreto" -.

- "¿Cómo funciona eso?" -. Rosarie se sentó a su lado prestándole toda su atención.

- "Le escribiré cada día una carta a Azusa y se la dejaré en la entrada de la casa, obviamente cuando todos estén dormidos bajaré para ponerla debajo de la alfombra" -.

- "Ya veo, por eso no has salido del cuarto, pensaba que te habías convertido en un hikikomori" -. Laika hizo un puchero ofendida ante el comentario que alguna vez escuchó de la misma Azusa, sabía que eso era un insulto del mundo de donde venía la bruja.

- "Si te vas por favor no le cuentes a nadie y actúa normal, quiero que Azusa se de cuenta por si misma de lo que yo siento..." -. Rosarie se emocionó ante la determinación que mostraba ella.

- "¿En serio tengo que mantener el secreto?, ¿soy la única que sabe de esto?" -.

- "Bueno, Beelzebub también está guardando el secreto pero ella va y viene a cada rato ya que está ayudando en el pueblo" -.

- "¡Si alguna vez necesitas un consejo solo avisame!" -. Rosarie salió sonriente y guiñándole un ojo con el dedo en sus labios, no se interpondría en los sentimientos de Laika y estaba dispuesta a ser de ayuda si era necesario.

Laika le sonrió hasta que ella desapareció por la puerta, soltó un suspiro y se acomodó en la silla con varios papeles en la mesa.

- "¡Bien!, es hora de-"

- "¡¿Jefa que está haciendo aquí?!" -.

- "¡¿Eh cómo?!" -. Laika entró en pánico al escuchar claramente el grito de Rosarie detrás de la puerta.

Desesperadamente como pudo agarró los papeles y el bolígrafo y los escondió en el armario de su habitación, después de eso fue corriendo a su cama metiéndose de un salto y cubriéndose con la cobija.

- "¿Está Laika despierta?, me gustaría poder hablar un poco con ella ahora después de lo que me dijo esta mañana" -.

- "¡Ah por supuesto!, eso seguro que la hará sentir mucho mejor" -. La voz de Rosarie sonaba un poco nerviosa para Laika.

Tocaron varias veces a la puerta y la dragona se acomodó para mirar a la pared, limpiándose el sudor de la frente con el brazo.

- "¿Laika?" -.

- "¡Puede pasar señora Azusa!" -.

La bruja del altiplano entró asomándose mientras sostenía una bandeja que tenía un plato de sopa y un vaso de jugo de frutas.

- "Traje esto para que te recuperes, sabía que algo te estaba pasando y me preocupé porque no sueles enfermarte o tener un problema, así que cuando me lo dijiste esta mañana me esforcé en hacerte una sopa saludable!" -.

- "Para la próxima vez que tenga que cocinar prometo revisar mejor los alimentos y lavarlos hasta dejarlos brillantes, ¡come mi sopa por favor!" -.

Ella parpadeó varias veces sin saber que decir.
- "¡Realmente no es necesaria su amabilidad señora Azusa!, le agradezco mucho lo que hace por mi siempre" -. Laika con una sonrisa agradecida, se intentó levantar para poder comer lo que había hecho.

- "Oh no te levantes por favor, dejame que yo misma te dé la sopa para que puedas descansar más" -. Azusa puso sus manos en los hombros de Laika para que estuviera acostada.

- "No, no señora Azusa, hace demasiadas cosas buenas por todos aquí pero esto ya es pasarse mucho" -.

- "Pero yo-" -.

- "¡No me traté como si fuera una hermana menor!" -.

Laika abrió los ojos y rápidamente se llevó las manos a la boca, Azusa quedó impactada ante sus palabras sin saber como reaccionar.

Pasaron varios segundos en los que balbuceaba torpemente mirando a la nada.

- "Esta bien Laika, me alegra que seas sincera en todo, ahora lo mejor será retirar lo que dije yo y irme de la habitación" -.

- "¡Espere señora Azusa!, ¡no estaba tratando de sonar dura con usted..." -. Algo triste Azusa se fue lentamente hasta llegar a la puerta y cerrarla, dejándola sola sin poder justificarse.

- "Solo haré que ella se aleje más y no pueda ni siquiera poder decirle todo lo que siento, ¿que estoy haciendo?" -. Laika suspiró llena de culpa viendo el reflejo de su rostro en la sopa.

Pero no perdió la determinación a pesar de todo y puso en marcha su primer plan para confesarle sus sentimientos más sinceros a la bruja del altiplano.
Eran cartas llenas de sentimientos, no nombraría directamente a Azusa en ellas ni mucho menos colocaría su propio nombre.

[Carta 1, Día 1]

Laika fue la primera en despertarse después de haber puesto la carta la noche anterior en la alfombra de entrada que había afuera en la puerta, se frotaba las manos muy nerviosa esperando a que Azusa pudiera salir y encontrar la carta, eso sería un avance importante en sus pretensiones.

Asomada por la ventana esperando cual señora el chisme del día, sus ojos se fijaron en el chirrido de la puerta, alguien había salido.
"¡Lo logré!". Se comenzó a emocionar sin poder evitarlo.

"Espera..."

La persona que se encontraba en la entrada de la puerta era Flatorte, soltó un bostezo mientras estiraba los brazos, cuando de repente sintió pisar algo extraño en la alfombra.
- "¿Una carta?, tiene un bonito decorado...¿es para mí?".

[Para tí:
Tu lindo cabello tan hermoso que brilla en la luz del sol, tu rostro que adoro ver su sonrisa me alegra todos mis malos momentos.
Att:Tu admirador que te ama]

- "¡¿Tengo un admirador?!, ¡¿alguien que de verdad me aprecia y estaría dispuesto a casarse conmigo?!...¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIII!" -. Flatorte alzó victoriosa con lágrimas en los ojos aquella carta tan bien presentable que leyó.

Laika se quedó en silencio desde la ventana de la habitación por unos segundos pero no sé sintió enfadada, parecía estar bastante calmada.
- "Puede que haya fallado, pero tengo cartas para lo que resta de semana.
Alguna la leerá la señora Azusa y no tendré que preocuparme" -.

"Además, de manera indirecta logré animar a Flatorte y no vendrá a pelear conmigo durante un tiempo, un bien mayor..."

[Carta 2, día 2]

- "Hoy puede ser, confío en que la señora Azusa esté despierta ahora para matar slimes y pueda ver mi carta cuando pise la alfombra, siempre se levanta temprano" -. Laika se inclinó en la ventana de la habitación, esperando ansiosamente ver pasar a su bruja y pudiera leer las lindas palabras que le había escrito.

La puerta se abrió, la dragona forzó la mirada en la entrada para ver quien era la persona que estaba ahí.

Shalsha con una ceja levantada de la confusión, se agachó para recoger la carta que había pisado en la alfombra.

[Soy tu admirador otra vez.
Solo quería decirte que el color de tus ojos es precioso, no sabes cuántas cosas lindas pienso de usted cuando la veo siempre]

- "..." -. La pequeña niña de cabello verde parpadeó aún sin mostrar una expresión en su rostro.

"¿Que hará con la carta ahora que la ha visto?, ¿se la podría dar a la señora Azusa tal vez?". Pensó Laika mirando con cuidado de no ser vista mientras esperaba a que ella hiciera algo.

Shalsha hizo una pequeña llama en su mano mientras silbaba y la carta se volvió cenizas en unos segundos, para confirmar que se había destruido la pisó varias veces ya en el suelo.
Laika vió todo eso muy estupefacta, sintiendo como si la estuvieran pisando a ella misma.

"¡Eso fue muy cruel para ser una niña!".

Cuando Shalha se fue, Laika en su forma de dragón pequeño salió volando a recoger las cenizas esparcidas y volvió rápidamente a la ventana de su habitación sin que nadie la viera o es lo que pensaría.

Dejó las cenizas juntas en la mesa mientras apoyaba su barbilla con los brazos, sintiéndose estresada.
- "No puedo perder más cartas de esa manera tan tonta, debo pensar en alguna manera en que pueda leerlo solo Azusa y que nadie más pueda verlo" -.

- "Veo que necesitas un poco de mis consejos..." -.

- "No preguntaré como apareciste en mi habitación porque seguro me estabas espiando" -. Beelzebub asintió lentamente encima de la cama con una pierna arriba de la otra.

- "¿Azusa no te ha dicho si esta semana va a salir al pueblo?" -.

- "No, la jefa dijo que saldríamos el sábado para el concierto de Kuku, esta vez será en la entrada del pueblo porque están haciendo una tarima bastante grande para que todos puedan asistir y será gratis" -.

Laika se inclinó hacia atrás en la silla viendo al techo pensativamente con un gruñido.

- "Pero he notado que está pensando mucho en ti, tal vez el que estés escondiendote así de ella tan repentinamente la está volviendo triste" -.

- "¡¿De verdad?!, ¡si eso es cierto tal vez puedo tener alguna oportunidad con ella!" -. Laika cerró los puños muy emocionada.
- "Aunque no me hace muy feliz que ella esté sufriendo por haberla ignorado" -.

Beelzebub que estaba a su lado pensó en algo que hizo que suspirara.

- "Eso me recuerda a un tsundere" -.

- "¿Tsundere?" -. Laika miró con una expresión confundida alzando las cejas.

Beelzebud y Rosarie se vieron por un momento dudando de si contarle a Laika que era bastante inexperta y inocente en los temas del romance.

Beelzebub se giró de nuevo a Laika ya sin nada que perder.

- "Tsundere es alguien que reprime los sentimientos por una persona especial, actuando completamente diferente a lo habitual cuando está frente a esa persona" -.

Laika con una expresión en forma de "O" en sus labios, se sintió bastante interesada.
- "Ya veo..." -.

No pasaron muchos segundos cuando ella apretó los puños algo interesada.
- "¿Pueden decirme un poco más sobre los tsunderes?" -.

[Carta 3, día 3]

Laika decidió comer sola en la mesa del comedor mostrando un semblante serio, aún nadie se había levantado ya que estaba amaneciendo apenas, hasta que escuchó los pasos de alguien bajando las escaleras.

- "Gwah...buenos días Laika" -.

Era la pequeña Shalsha que iba a la puerta de entrada, no iba a permitir que ocurriera lo mismo de ayer con la carta así que se levantó rápidamente.

- "¡Espera Shalsha!, quería decirte que conseguí algo para ti ayer cuando salí al pueblo" -. Llamó a la pequeña niña que cargaba un libro, con una expresión llena de interés fue a la cocina junto a Laika.

- "¡Son galletas!" -. La pequeña con un brillo en sus ojos tomó la caja que Laika le estaba mostrando con una sonrisa.

- "Si quieres puedes compartirlas con Falfa" -.

- "¿Estaría mal de mi parte si pruebo una ahora?" -. Shalsha estaba en un conflicto interno, llena de angustia con la mano en el aire.
- "Bueno si te quedas en la casa por un rato más, quien sabe si pueda aparecer otra caja de mis manos, así que lo mejor será que no hagas nada y vuelvas a tu habitación..." -. Laika le hizo un guiño, acarició el cabello de ella y se fue con las manos juntas en la espalda, escondiendo una pequeña sonrisa.

"Todo está saliendo bien, por ahora...vienes tú, Flatorte".

Antes que la dragona azul decidiera salir por la puerta, Laika la llamó.

- "¡Espera Flatorte!, si te quedas un rato más estaba pensando en llevarte a cazar algunos jabalíes martillo que aparecieron en el bosque" -. Juntó sus manos con una mueca de súplica en su rostro, haciendo que Flatorte no tuviera ninguna sospecha y se quedará sorprendida.

- "Wow, ¡no sé que te está pasando últimamente pero ojalá fueras así todo el tiempo!" -.

La cola de Flatorte se movía muy emocionada y subió corriendo a su habitación para prepararse a la casería.

"Hacer todo esto se lo debo mucho a Beelzebub, ahora puedo estar más tranquila y esperar a que Azusa lea mi carta sin que nadie la vea".

Shalsha pasó justo al lado de ella tarareando y con la caja en la mano.
- "Iré a mostrarle las galletas a Falfa" -.

- "¿Falfa está en la habitación?" -.

- "Si" -.

Laika exhaló con la mano en el pecho, ya nadie podía interrumpir que la bruja Azusa leyera su carta y ahora solo tenía que esperar.

- "¡Encontré una carta para mí!" -.

"¡No me digas que...!".

Falfa estaba muy conmovida y ruborizada luego de encontrar la carta en la alfombra de la puerta, llegó corriendo hasta Laika para mostrárselo, en cambio ella estaba congelada preguntándose como no la vió bajar.

[De un admirador que está muy cerca de ti:
A veces me cuesta mucho hablarte porque no sé como reaccionarías si te lo dijera pero, eres muy especial para mí y me di cuenta que me sonrojo cuando te veo y escucho su linda voz]

- "¡¿No son unas bonitas palabras verdad Laika?!" -. Ella ni siquiera tuvo la capacidad para responder.

- "¿Otra vez esa tonta carta?, hermana, esto lo habrá escrito alguien desconocido y no sabes de quien puedes estar hablando, además a mi también me dieron una carta ayer; dámela" -. La niña de cabello azul hizo caso a su hermana y le pasó la carta, con su mano volvió a hacer una pequeña llama que lo quemó por completo y las cenizas las botó afuera de la puerta, Laika que veía todo esto se quería arrancar el cabello.

Shalsha de reojo se dió cuenta de la extraña expresión de Laika, las sospechas de que fuera ella la que está haciendo las cartas surgieron rápidamente en su mente.

- "Te mostraré las galletas que nos compró Laika" -. Fingiendo emoción llamó a su hermana que también se emocionó.

- "¡Que bien!" -.

Laika quedó sola en la entrada durante unos largos segundos de silencio fúnebre, fue a afuera para recoger las cenizas que no se fueron volando de milagro.

Suspiró y sin pensarlo se tomó con fuerza los dos cuernos con ambas manos intentando arrancarselos.

"¡No funcionó otra vez!"

- "¡Buenos días Laika!" -. Escuchar la hermosa voz que menos quería escuchar ahora solo empeoró las cosas para Laika.

- "¡¿Eh por qué estás haciendo eso?!" -. Azusa muy asombrada fue a quitarle las manos pensando en que barbaridad estaba apunto de hacer.

- "No es nada de que preocuparse señora Azusa, solo usaba un efectivo método de relajación..." -. Aún con la mirada en el suelo, Laika dijo esas palabras sonriendo muy hundida.

- "¿Amaneciste bien?, ayer te quería preguntar si la sopa funcionó y te sentías mejor pero como no saliste de la habitación pensé que te había empeorado..." -. Azusa fue detrás de ella subiendo las escaleras, pero Laika ni siquiera se giró para verla a pesar de la preocupación que sentía Azusa.

Laika se quedó callada para seguir con el plan del modo tsundere.
-

"Ya no importa" -. Fue lo único que ella le dijo, cerrandóle la puerta en toda la cara.

Azusa muy preocupada estuvo varios segundos parada sin decir nada en frente de la puerta, lentamente se acercó apoyándose para que su oído pudiera escuchar algo, pero no escuchó nada.
Lo que no sabía es que Laika estaba haciendo exactamente lo mismo, apoyada en la puerta tratando de escucharla.

- "¿Sabes que tiene Laika?" -. Le dijo muy preocupada y triste a Rosarie que estaba al lado.

- "No jefa..." -. Rosarie se puso triste pero porque sabía que los planes de Laika no estaban dando resultado.

Durante la tarde Rosarie y Beelzebub se fueron a la habitación de Laika sin que nadie las viera, hablaban otra vez para intentar encontrar otra forma para que la dragona pudiera decirle todo a Azusa.

- "¿Entonces no quieres cambiar el plan?, pero esto no está funcionando" -.

- "Lo sé Rosarie, pero no creo que sea lo mejor volver a atrás ya estando con una idea en mente" -.

Beelzebub intervino levantando las manos expectante, - "¿Por qué no le pedimos ayuda a los demás?, creo que serían de gran ayuda ya que están aquí" -.

- "Yo la verdad...-" -. Antes de que Laika pudiera opinar la puerta se abrió, cayendo Flatorte y las niñas.

- "¿Cuánto llevan escuchando ahí afuera?" -.

- "Más o menos desde que Azusa se fue con Halkara al pueblo para revisar la tarima del concierto" -.

- "Shalsha ya tenía sus sospechas con los regalos y aquella vez que te vió recogiendo una carta quemada" -. Laika comenzó a reírse muy nerviosa desviando la mirada.

- "¿Entonces podemos ayudar también?" -.

Beelzebub casi llorando de la ternura ante la pregunta hecha con inocencia por parte de las niñas les respondió.
- "¡Por supuesto que sí!, ¡no sabía que querían tener otra mamá jajaja!" -.
El comentario solo hizo que Laika se pusiera de un tono rojizo en sus mejillas.

- "Yo lamento que se preocuparan por mi todo este tiempo, pero estaba muy nerviosa por poder contarle a la señora Azusa todos mis sentimientos. Ahora que estamos casi todos les diré que tienen que hacer..." -.

Todos en la mañana amanecieron temprano después de desayunar, Azusa notaba que todos actuaban algo extraño, y que Laika estuviera tratando de evitarla con algo de mal gusto la estaba asustando un poco, con los demás si parecía estar llevándose normal.
"Es obvio que no fue la comida la que la puso así, todos deben saber algo para estar tan tranquilos sabiendo los problemas que han habido entre ella y yo estos días".

- "¿Pasa algo maestra Azusa?" -.
Halkara preguntó mientras se sentaba en el mueble junto a ella.

- "Laika está actuando muy extraño conmigo, no recuerdo haberle dicho algo que la haya puesto de esa manera tan molesta, me gustaría poder hablar con ella pero siempre me está evitando, ¿podrías ayudarme Halkara?" -.

- "¿No será que está pasando por alguna etapa de pubertad de los dragones y por eso se comporta así?" -.

- "No tiene el más mínimo sentido lo que dices Halkara..." -.

La elfo se levantó muy decidida ante la preocupación de la bruja.
- "¡De acuerdo maestra!, solo déjenlo en mis manos" -. Ella se fue a buscar a la dragón después de poner la mano en la frente al estilo militar.

- "Bueno no creo que pueda ir a peor, ¿verdad?" -. Azusa se reía sarcásticamente mientras hablaba sola.

Laika estaba sudando un poco de los nervios, solo necesitaba que Azusa cruzará la puerta y que viera en la alfombra la carta, ya después podría tener la valentía para confesarle lo que siente.
Una voz la llamó haciendo que saliera de sus pensamientos.

- "¿Laika podrías colaborar conmigo un momento?" -.

- "¿Colaborar?, ¿de que se trata?" -.

Halkara la arrastró aprovechando su confusión, llevándola hasta Azusa que veía todo con mucho asombro en el mueble.
- "¡No era necesario que me arrastráras de esa manera!" -.

- "La situación lo requería, ahora las dejaré solas para que puedan hablar" -. Halkara le guiñó un ojo a las dos con una sonrisa y se fue.

Los demás actuaban despreocupadamente, pero muy pendientes de la conversación que tuvieran ellas dos.

- "Muy bien Laika, me gustaría que fueras sincera conmigo por una vez" -. Azusa la tomó de la mano para que no intentará irse.

- "¿Que acaso no he sido lo suficientemente sincera?" -. Laika desvío la mirada actuando muy discordial.

- "Eso que estas haciendo no lo entiendo, ¿hay algo que te esté molestando?, por favor no me gusta que estemos peleando en la familia" -. Azusa sonaba muy desesperada hasta este punto, tal vez era algo personal pero necesitaba solo una simple explicación para calmar sus dudas.

"Señora Azusa, todo esto lo entenderá cuando sepa la verdad..." Laika habló internamente soltando un suspiro, aún sin querer verla a la cara.

Azusa soltó su mano, parecía que lo daba por perdido cuando de repente golpeó suavemente su regazo.
- "¿Quieres acostarte un poco?" -. Con una sonrisa intentó llamarla, sabía que Laika no se negaría jamás a estar ahí.

- "N-no...su amibilidad no es suficiente" -. A la dragona de cabello rojo se le notaba muy tensa luego de mirar de reojo la invitación de Azusa, se estaba conteniendo con sus fuerzas y no sucumbir a la bondad de ella.

Azusa tomó la cabeza con cariño y fue poco a poco acostándola en su regazo, ver a Laika tan tímida era algo que le parecía adorable.

Pasó la mano suavemente por su cabello rojo, rozando sus pequeños cuernos algunas veces. Laika adoraba esa sensación y cerró los ojos para relajarse mientras una pequeña sonrisa asomaba por sus labios.

Los demás se quedaron mirando con ternura la escena, sonriendo de felicidad.

- "Ojalá ser Laika..." -. Flatorte no escondió su envidia y para que nadie viera su sonrisa se puso la mano en los labios.

Azusa la acarició y le dió palmaditas en la cabeza, Laika se sentía en paz haciendo que la bruja sonriera.

- "No voy a presionarte por si es algo que no quieres decir, pero solo quiero mostrarte que en la familia todos nos apoyamos" -.

- "Tiene razón señora Azusa..." -.

Pensando detenidamente mientras era acariciada, a Laika se le pasó la idea de contarle a Azusa esos sentimientos que surgieron desde hace tiempo, pero no quería que nadie las observará para no ponerse más nerviosa de por sí.

- "De hecho, yo puedo decírselo señora Azusa, pero tenemos que ir afuera; es algo muy importante que ya todos saben excepto usted" -.

Laika se levantó, mostrándose algo indecisa pero ya había tomado la decisión.

Azusa se sorprendió preguntándose que podría ser

Ambas se arreglaron para dar un paseo y fueron a la puerta, Laika tembló al recordar que debajo de la alfombra estaba la carta, solo tenía que dejar que Azusa saliera primero y eso hizo.

- "Salga primero señora Azusa, por favor" -.

- "Esta bien pero no tardes mucho Laika" -.

Antes de que Azusa pudiera salir se escuchó un grito muy fuerte afuera.

- "¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!"-.
Azusa se apresuró en revisar que estaba ocurriendo, cuando abrió la puerta alguien se abalanzó a sus brazos.

- "¡Hermana!, ¡yo siempre sabía que guardabas lindos sentimientos por mi!, ¡tus palabras me han hecho llorar!" -. Una chica más pequeña con una cola larga juntó su mejilla con la de Azusa.

- "¡¿Mi reina?!" -. Gritó Beelzebub sin imaginarse que el rey demonio aparecería detrás de la puerta.

- "¡¿Pecora?!" -. Gritaron los demás tan asombrados.

- "¡¿De que estás hablando Pecora?!" -. Azusa se la tuvo que quitar de encima ya que ella la quería besar por alguna razón que no entendía de sus palabras.

- "¡Me refiero a la carta que estaba debajo de la alfombra!, y por más que quieras negarlo sé que es tuya porque me amas" -. Le pasó una carta con un sello de corazón por la cara.

Todos abrieron la boca impactados, porque la carta que sostenía la rey demonio era la que había hecho Laika.

Ella no dijo ni una sola palabra, solo soltó un suspiro desesperanzada, el flequillo del cabello ocultaba su sombría expresión de sus ojos.

- "Pecora pero yo no escribí esa carta..." -.

- "¿Estas insinuando que hay alguien más aparte de mí que siente algo por ti?, eso sería imposible de aceptar y acarrearía sus graves consecuencias jajaja" -.

El ambiente comenzó a ponerse bastante frío ya que las palabras sentaron bastante mal para todos los presentes que se asustaron en especial Laika, mientras Pecora sonreía como si nada.

- "¡Ya que llegué aquí porque no lo celebramos?!" -.

Azusa se rascó la nuca un poco nerviosa.
- "Pecora, yo ahora tenía planeado ir con-" -.

Pero fue interrumpida de repente por Laika.
-"¡No hay ningún problema señora Azusa!, de todas formas no era algo importante así que pasemóslo bien ahora y en otro momento le contaré" -. Laika forzando una sonrisa puso la mano despreocupadamente en el hombro se Azusa.

Podía sentir que Laika no estaba bien apesar de que se negara, pero ya no pudo responderle, Pecora la llevó de los brazos muy emocionada.

- "¿Mi reina por qué no nos avisó de que iba a venir también para el concierto?" -.

- "Solo quería sorprenderlos, fue fácil pedir el permiso a los guardias, fuí junto a las dos hermanas gemelas que fueron muy amables de traerme" -.
Después de mencionar esas palabras salieron detrás de la puerta Vania y Fatla.

- "Es un honor estar junto al rey demonio, sería un descaro de nuestra parte negarnos a traerla jaja" -.

- "Si, probablemente ahora no estaríamos vivas si nos hubiésemos negado a su petición generosa jajajaja..." -.

- "¡Vamos todos, yo digo que hagamos un festín antes del gran día de mañana!" -.
Azusa un poco nerviosa al estar muy cerca de Pecora sonrió incómoda, su mirada intentó ubicar a Laika pero no se encontraba en ningún lado, llena de tristeza tuvo que olvidarse de ella por ahora.

- "Pecora podrías darme esa carta para revisarla un momento?" -.

- "¿La carta?, se la dí a Laika y subió por las escaleras" -. Señalando hacia arriba, Pecora sonreía mientras Azusa inclinaba las cejas.
- "Pero no te preocupes hermana, yo corresponderé tus sentimientos cuando vengas a confesarte sin presión" -.

"¿No habrá sido ella la de la carta?". Azusa tuvo una ligera sensación que la llevó a llegar a aquella conclusión, pero necesitaba argumentarlo y sería para otro momento.

[Quisiera poder ser más decidida en esto para contártelo, me gusta como el lindo color de tu cabello se mezcla con las flores del campo, tu voz hace que no sienta ningún miedo y la escucharía hasta dormir, su bondad con los que le rodea es algo que hace amarla mucho más, aunque haya una diferencia de estatura entre nosotras realmente me siento más pequeña por estar viéndola al rostro.
Ojalá pudiera ser más clara contigo pero es lo único que puedo decir sin que me ponga nerviosa]

- "Otra carta que falló..." -.

Cada vez eran más largas las cartas, quería darle las pistas a Azusa para que pudiera darse cuenta por si misma, pero tal vez estaba siendo demasiado misteriosa.
- "Tendré que ponerme a practicar con el espejo" -.

Se paró frente a él soltando un suspiro, algo dentro de ella decía que no lo hiciera y con buena razón.
¿Que pasaría si por algún casual Azusa estaba en ese momento apoyada a la puerta y escucha su confesión?, eso sería lo peor para Laika y la dejó pensando mientras se mordía los labios.

- "¿Estás bien Laika?" -.

La dragona se giró encontrándose detrás a Rosarie volando a su lado muy preocupada, ella trató de calmarla con una sonrisa.
- "Mañana le diré todo a Azusa" -.

- "Eso está muy bien, ¿crees que podrás manejarte sin titubear?" -.

- "Eso no lo sé hasta que lo haga...¿Azusa dónde está?" -.

- "Oh ella está siendo agarrada del brazo por Pecora mientras suplica por ayuda, así que puedes hablar con el espejo y yo te avisaré si llega a subir" -. La rubia fantasma se fue rápido levantando el pulgar con confianza para que Laika no temiera por ser escuchada.

Mientras el sol caía por el atardecer, Laika y Azusa cumplieron el plan de salir a matar slimes que al principio era un simple paseo.
- "Si realmente te sentías de esa manera pudiste habermelo dicho antes, todos en esta familia siempre vamos a estar juntos Laika" -.

- "Muchas gracias Azusa, no sé que pasaría si algún día me separará de todos ustedes, no sería lo mismo para mí" -. Para que ella no sospechara tuvo que mentir sobre su misterioso enfado, Laika sonreía cada vez que el rostro de Azusa se iluminaba con el brillo del sol haciéndola ver más hermosa.

- "Mañana haremos los últimos arreglos del concierto por la mañana, ¿quieres ayudarnos?" -.

- "¿Por qué no?, cuente conmigo para echar una mano" -.

Las dos se sonrieron mientras volvían a su hogar, el aire fresco soplaba haciéndoles cosquillas y las hojas volaban en el pacífico mundo.

 

[Carta 5, día 5]

Laika despertó muy animada después de haber puesto por la noche la carta en la alfombra, hoy era el tan ansiado día para ella, todos la apoyaron cuando les contó sobre su amor por Azusa, estaba más motivada que nunca para confesar sus sentimientos y poder terminar con la locura que sentía en su corazón y las mariposas de su estómago.

- "¡Buen provecho!" -. Dijeron todos y comieron muy felices en la mesa del comedor.
Laika no paraba de darle miradas a Azusa de vez en cuando, mientras los demás tampoco paraban de mirarlas a ellas dos.

"Esto está sintiéndose bastante raro, ¿por qué todos me miran?, Pecora es entendible, aún no es mi día de cumpleaños". Azusa no les prestó atención pero le parecía extraño.

Hoy era el día de que Laika se encargara de la comida, todos le agradecieron lo delicioso que estuvo el desayuno.
- "Parece que te sientes bastante mejor que ayer..." -. Azusa le sonrió muy sincera y Laika no pudo evitar sonrojarse.
- "¡Claro señora Azusa!" -.

Ya era la hora de ir al concierto para los últimos preparativos, Laika invitó a Azusa para ir primeras, además de que por fin podría leer la tan esperada carta que escribió con todo su sudor.

Alguien se acercó tomando de la mano a la bruja.

- "Señora Azusa, tengo algo mucho más importante que lo de ayer que tengo que decirle afuera..." -. Con un susurro algo tímido, Laika veía a los pies de Azusa dejándola muy confundida.
-"De acuerdo...vamos afuera y podrás contármelo todo" -.

Todos veían con mucha incertidumbre a las dos irse tomadas de la mano.

- "Hey, Laika está siendo bastante tímida delante de..." -. Pecora fue interrumpida luego de que le cubrieran la boca.

- "Mi reina ahora no es el momento para hablar" -. Beelzebub sonreía apretando los dientes para que por fin se diera el gran momento.

- "Y sobre lo de la carta señora Azusa-" -.

- "¡Oigan no lo van a creer, encontré esta carta debajo de la alfombra!" -. Halkara agitó la carta con su mano mientras la alzaba, Laika abrió los ojos y su corazón se detuvo por un segundo.

- "¡No dame eso!" -. Se intentó tirar encima de ella para arrebatárselo de la mano pero no podía ya que Halkara se cubría haciendo fuerza.

- "¡Espera Laika déjame leerla yo primero!" -.

- "¡No lo entiendes Halkara!" -. Llena de desesperación se convirtió en un pequeño dragón y con los dientes trató de quitarle la carta de las manos.

Las dos hicieron tanta fuerza que rompieron el sobre y la hoja salió volando, pero Azusa la atrapó para revisar lo que tenía escrito.

[Lo he intentado varias veces pero no ha funcionado, yo solo simplemente quiero estar sola con usted y poder decirle que...La amo demasiado señora Azusa, le mostraría todas las cartas que escribí y que no terminé y me llamaría una loca, pero esto es lo que llevó sintiendo desde hace tiempo por usted.
Att:Laika]

Azusa abrió los ojos impactada de lo que acababa de leer, las piezas del rompecabezas encajaron en el misterio de Laika, dándole más sentido al extraño comportamiento que tenía ella y las extrañas cartas debajo de la puerta.

- "¿Esto que dices es cierto Laika?" -. Casi en un susurro, Azusa veía muy incrédula a la pequeña dragona en el suelo, congelada del miedo.

- "Yo...yo...¡DÉJENME EN PAZ TODOS!" -. Laika no soportó más la crisis nerviosa y entró en pánico, se fue volando a la ventana de su habitación para esconderse.

- "No lo entiendo..." -. Halkara se levantó rascándose la cabeza, sus ojos veían a los demás esperando a que le dieran una explicación pero estaban tan devastados del shock.

Azusa estuvo paralizada unos segundos con la mirada en la ventana de la habitación de Laika, todo los problemas que pasaron eran por los crecientes sentimientos de ella.

- "¿Ustedes lo sabían todo este tiempo?" -.
Los demás asintieron caminando a afuera, Laika había cerrado la ventana junto a la cortina.

- "Para ella no es fácil, se esforzó en hacerte las mejores cartas para que las pudieras leer" -. Beelzebub le dijo con un rostro de seriedad.

- "Ahora ni siquiera se como sentirme en estos momentos..." -. Suspiró aún abrumada de enterarse del gran secreto que escondía Laika, Azusa se tomó la cabeza bajando la mirada.

A pesar de lo repentino que fue descubrir su secreto, subió a su habitación pero antes tenía que esperar a que Laika la dejase pasar.

Dió unos suaves toques a la puerta.
- "Laika, soy yo, me gustaría hablar si pudieras abrir la puerta..." -.

- "¡No quiero hablar con nadie!, ¡larguense todos!" -. Ella sonaba muy extraña en su voz, como si estuviera aguantando las ganas de llorar.

- "No pensé que eso fuera lo que realmente querías decirme esta mañana, escucha...es muy difícil-" -.

- "¡No piense que voy a escuchar todo tan fácil!" -.

- "Si abrieras la puerta..." -.

- "¡No quiero ver ni siquiera a usted!" -. Los gritos de angustia cambiaron a ira, Azusa se alejó unos pasos muy asustada del repentino enfado de Laika.

- "Aunque no lo creas quiero hablar las cosas contigo, no me gusta dejar todo esto de lado así que espero que podamos solucionarlo cuando regrese" -.

Al final todos acabaron llendo a ayudar al concierto sin la dragona, que se encontraba arropada en su cobija mirando al oscuro techo de su habitación con una expresión llena de tristeza.

Asomó la cabeza luego de pararse con dificultad por la ventana tras abrir la cortina, al fondo podía ver a Azusa y los demás llegando al pueblo.
Laika bajó con cuidado las escaleras aún muy desanimada y fue a la cocina porque aún era el día de ella para encargarse de la comida.

- "¡Todo esto es su culpa!" -.

- "¿Por qué exactamente?, ¿por querer ayudarte a hacer lo que era mejor para ti y no tener que vivir sin poder decirle lo que sientes por el resto de tu existencia?" -.

- "¡Usted me presionó y amenazó a hacerlo!, ¡no tuve ninguna elección y ahora todo será muy incómodo!..." -.

- "Eso no fue así Laika, todos en esta casa te han intentado encontrar la manera más fácil para que pudieras expresarle tus sentimientos, nos pediste sugerencias y tú aceptaste el juego del tsundere porque te pareció llamativo para llamar la atención de Azusa" -.

Laika gruñó muy molesta desviando la mirada y apretando los dientes.
- "Ya me harté de todo esto..." -.

- "¿Que significa eso?" -. Beelzebub se acercó a ella luego de sentir como si quisiera hacer una amenaza.
No le respondió nada, pero su mirada mostraba a una chica llena de miedo, ira y desesperación.

- "Laika no hagas nada raro, todos se sienten muy mal por ti porque te apoyaron en esto, no les des la espalda y mucho menos a Azusa" -. Las palabras de Beelzebub sonaron pidiendo calma, para distraerse Laika comenzó a limpiar los platos después de que ella se fuera de la casa quedando sola otra vez, sacó los ingredientes para hacer la cena dando por hecho que almorzarán en el pueblo.

"Solo me queda una cosa por hacer, cambio de planes..."

Ya llegados a la noche.

- "Laika no ha salido en todo el día" -. Azusa no dejaba de pensar en ella apesar de que la carta todavía resonaba en su mente.

- "Al menos fue racional abriendo la ventana y nos refunfuñó cuando quisimos entrar a su habitación, parece que ella no llegaría más allá solo por estar destruída sentimentalmente" -. Beelzebub alzó los brazos fastidiada por su comportamiento.

- "Lo mejor será resolver todo mañana cantándoles a todos, seguro que a ella le gustará la música y podrá subirle el ánimo" -. Kuku practicaba con la guitarra junto a Flatorte.

- "Incluso fue tan amable de hacernos carne de jabalí, seguro que pronto ella se pondrá mejor, ama" -.

- "¡No me gusta esperar sabiendo que hay alguien de la familia que no está bien!, deberías ponerte en sus zapatos Flatorte" -. Azusa le lanzó una fuerte reprimenda por su comentario para que reflexionara y la dragona de cabello azul lo aceptó sin reparos.

En la habitación de la dragona roja solo se podía sentir la tristeza y el dolor, mirando a la ventana que alumbraba el enorme cielo lleno de estrellas brillantes, Laika con la cara hundida esperaba para cumplir con su último plan.

Ya cuando todos se encontraban profundamente dormidos, colocó una carta debajo de la puerta, resignada consigo misma se levantó y recogió sus cosas viendo a las estrellas que quería alcanzar.

- "Parece que si tomaste el camino fácil" -. La voz imponente de Beelzebub detrás de su espalda hizo que se girara.

- "No viniste a detenerme, ¿verdad?" -.

- "¿Y despertar a las niñas?, nah...yo no te voy a detener, ella lo hará, porque aunque intentes irte lo más lejos posible y esconderte por cualquier rincón, te va a encontrar Laika; Azusa te valora mucho más de lo que crees" -.

Laika con una expresión de disgusto solo se giró de nuevo.
- "Dile lo que quieras, pero no es con ella quien tengo el problema" -.

- "Ya veo...tienes miedo, no quieres escuchar de sus propias palabras el rechazo, no quieres sentir ese sentimiento porque no lo aceptarías" -.

- "No puedo poner en riesgo la buena relación que tengo con la señora Azusa, me iré de la casa para no empeorar más las cosas..." -.
Laika no lo soportó más y se transformó en su forma de dragón y en unos segundos ya había salido del pueblo.

Para la mañana del día del concierto se presentaba muy extraño ante todo lo ocurrido ayer, el ambiente dentro de la casa era muy silencioso mientras Halkara aún se hacía la tan difícil pregunta.
- "¡¿Cómo yo era la única que no sabía del amor de Laika por la maestra Azusa?!, ¡¿por qué nadie me lo dijo hasta ahora?!" -.

- "Estabas tan metida con tus bebidas para que fueran incluidas en el concierto que te olvidaste de nosotros, ¿lo recuerdas?" -. Azusa sonreía irónicamente de solo recordar cómo Halkara había negociado una manera de que una de sus bebidas energéticas fueran regaladas en el concierto que se iba a producir esa tarde.
- "Pero maestra, hice eso para que me haga a conocer y la fábrica sea más reconocida" -.

Rosarie fue a buscar a Laika llegando a su habitación.
- "¿Laika estás despierta?, ¡el desayuno se te va a enfriar!" -.
Nadie respondió al otro lado.

- "¿Quién les dió esas galletas niñas?" -. Azusa se acercó a sus niñas que sostenían una pequeña caja cada una.
- "¡Fue Laika y están muy ricas!" -.

"¿No es eso un soborno lo que les dió?".

- "Laika desde hace un tiempo ya sentía sentimientos por ti, yo fuí la que le dijo amablemente que te los confesara o yo la delataría. Te escribió varias cartas para que pudieras leerlas pero siempre alguien se interponia, entonces comenzó a mimar a todos consiguiendole las cosas que querían ya que ella me pidió que podía hacer, y después le enseñé a ser una tsundere" -.
Beelzebub le contó todo a Azusa.

- "¿Tú le enseñaste todo eso a Laika?" -.

- "¿Estás orgullosa de mi verdad?, esa dragona ya parece tener más carácter y puede ser una buena líder en el futuro" -. Azusa muy desencajada por la expresión orgullosa de Beelzebub con mala cara la veía.

- "Jefa, no encuentro a Laika en su habitación y me preocupa mucho que tampoco esté en alguna parte de la casa" -. Rosarie llegó muy rápido a la sala para alertarle, Azusa teniendo un mal presentimiento fue a inspeccionar que estaba pasando, Beelzebub fue detrás con una expresión fría.

Después de pasar varios minutos revisando Azusa asumió la decisión que había tomado Laika.
- "Lo que me temía de no hablar las cosas ayer, ella escapó y no dejo casi nada" -.

- "¡Ella debe estar afuera en algún lado!, ¡no pudo haber ido muy lejos!" -. Rosarie muy desesperada quiso creer que podían encontrarla flotando contrariada.

- "De hecho no tienen posibilidades, la ví irse por la noche mientras todos dormían, no sé a dónde fue pero es casi seguro que está con los demás dragones rojos" -.

- "¿Tú sabías esto y no la detuviste?" -. Azusa la acusó muy enojada por la manera tan simple como lo dijo Beelzebub, sin ningún arrepentimiento.

- "No quería ocasionarle un problema y además aún existe esa maldita barrera que creaste en tú casa, ¡la que casi mata aquella vez cuando nos íbamos a enfrentar!" -. Azusa muy nerviosa sonrió forzadamente luego de recordar fugazmente la anécdota de Beelzebub.

- "¡Por mi no hay problema que ella esté más aquí, ahora tendré más atención de mi ama!" -. Flatorte se reía de felicidad abrazando por detrás a la bruja rubia.

- "Entonces tendrás que volverte vegetariana a partir de ahora, olvídate de la carne" -.

- "¡ME RETRACTO DE MIS CRUELES PALABRAS!, ¡HAY QUE IR TODOS A BUSCARLA YA!" -. Flatorte sonaba muy exigente luego de cambiar abruptamente su actitud por las palabras de Azusa.

- "Hermana, hermana" -.

- "¿Que pasa Pecora?" -. Azusa con un rostro de cansancio al tener a Pecora al lado, no pudo evitar sonar fastidiada.

- "¿Piensas irte tu sola y aventurarte en la búsqueda de tu querida dragona enamorada?, ¿sin mi ayuda?" -.

- "Pecora no va a ser muy difícil traerla al concierto, es casi imposible que Laika haya ido a otro lugar que no conozca" -.

La rey demonio hizo un berrinche para que Azusa fuera buena con ella.
- "¡Pero yo te quiero ayudar!, no importa que la traiga viva o muerta verdad?, lo importante es que vuelvas a ver a la dragona que está enamorada de ti" -. La rey demonio a pesar de cargar con una sonrisa brillante, soltó unas palabras llenas de malas intenciones que Azusa pudo captar al conocerla bien.

- "¡NO PECORA!, yo me encargaré de traer a Laika. Si te lo dejara especialmente a ti probablemente solo volverías con su cabeza colgando en tu mano" -.

- "No puedo creer que me tengas poca fe y pienses que sea tan mala" -. Ella se cruzó de brazos girandose muy ofendida.

- "¡Mamá! ¡¿vas a buscar a Laika verdad?!" -.

- "¿No serás tan mala con ella de no ir a buscarla?" -. Falfa y Shalsha corrieron con los ojos llorosos aferrándose a la túnica de su madre muy preocupadas.

- "Ustedes vayan al concierto y les prometo que traeré a Laika de vuelta más rápido de lo que puedan imaginar" -. Azusa les limpió las lágrimas a las dos mientras las tranquilizaba con palabras llenas de confianza.

Todos vieron muy preocupados a Azusa, pero ella asintió llena de determinación, no pensaba regresar hasta encontrar a Laika y que regresará a la casa.

- "¡Que alivio!, pensé que nunca la llamaría mamá Laika" -. A Falfa se le escaparon esas palabras que no pasaron inadvertidas para Azusa que estaba apunto de irse volando.
Se giró con los ojos completamente abiertos.

"¡¿Mamá Laika?!".

Azusa llevaba unas largas horas volando por el cielo tratando de llegar rápidamente al reino de los dragones rojos, para poder buscar a Laika.
- "No pudo ir a otro lugar, si no está ahí yo...no sabría que hacer" -.

Al llegar fue recibida por todos ya que la conocían por haberlos ayudado a conseguido la paz con los dragones azules.
- "¡Azusa!, ¿que la trae por aquí?, ¿se encuentra bien?" -.

- "¿Está Laika en casa?, me gustaría que me dejaran hablar con ella a solas..." -.
Azusa había llegado precisamente a la casa de la familia de Laika, su madre la había recibido y notó su angustia al contarle.
- "¿Es por usted que ella ha estado triste y suspirando desde que llegó?" -.

Sentada en el tronco de un árbol mirando a sus propios pies en completo silencio, Laika se puso las manos en los ojos para tranquilizarse.

Unos pasos resonaron en la hierba y ella estaba segura de que era su madre para avisarle de la comida.

- "No sabes el susto que me hiciste pasar por irte de esa manera, Laika" -.

Un jadeo ahogado escapó de su garganta, en un momento giró la cabeza para ver a Azusa agachándose para sentarse a su lado.
- "¡¿Señora Azusa?!" -. Laika muy asustada por su aparición temblorosamente se arrastró intentando alejarse de ella.

Pero fue atrapada fácilmente cuando los brazos de Azusa rodearon su espalda en una especie de abrazo aferrándose a ella.
- "¡Quiero hablar las cosas contigo!, ¡por favor si sigues huyendo de esa manera todo será peor entre nosotras!" -.

- "¡¡¡!!!" -. Laika se detuvo al escuchar la desesperación en el grito de Azusa.
Había escapado por lo que podía pasar pero dejó a todos muy preocupados y no le dió el tiempo a la bruja de responderle, tenía suficientes motivos para preguntarse porque fue tan cobarde.

- "Señora Azusa yo, estaba muy desesperada y...me asusté, no podía pensar con claridad al verla tan sorprendida por mi confesión, se lo juro que se lo iba a decir cuando saliéramos pero me fue tan difícil, que cuando se enteró de esa manera tan repentina hizo que perdiera todo el valor que tenía antes" -.

- "No es tu culpa Laika, aún sigo sorprendida que haya causado sentimientos románticos en ti, sé que es complicado decírtelo porque no quiero que te desiluciones pero...no siento nada romántico como tú" -.

Laika comenzó a llorar y Azusa la tomó con cuidado para que se acostara en su regazo.
- "Yo lo entiendo, pero aún así es tan doloroso..." -. Entre sollozos de Laika, Azusa pasó suavemente los dedos por sus ojos para limpiarle las lágrimas.

- "¿Realmente le importo tanto para que haya venido a buscarme sola?" -.

- "Laika, fuiste la primera persona que se unió a la familia y tú eres un miembro de ella, no quiero abandonarte porque todos son importantes para mí, no sería lo mismo si no estás tú con nosotras" -. Le dió un fuerte abrazo acariciando su cabello, Laika cerró los ojos aún con lágrimas, correspondió el abrazo con fuerza apesar de el rechazo de su confesión, pasaron largos minutos así hasta que pudo relajarse.

"¿Lo que decías de que no te gustaba ser la hermana menor era cierto?" -.

- "B-bueno si, no me siento cómoda desde que comencé a enamorarme de usted, además tenemos la misma edad y no lo veo algo justo señora Azusa" -. Insatisfacción era lo que sentía Laika, Azusa lo veía en su rostro y mientras asentía al escuchar sus palabras le respondió.
- "Eso lo resolveremos estos días, por ahora te retiraré el apodo de hermana menor y serás Laika, ahora volvamos al concierto" -. Azusa levantó a Laika después de darle la mano.

- "¿Pero el concierto ya no terminó?" -.

- "Por lo menos intentemos llegar a la casa antes de que se haga medianoche, si nos damos prisa seguro que algo podremos escuchar antes de que termine" -.

Las cosas volvieron a la normalidad la semana siguiente, todos se desilucionaron cuando Azusa les contó lo que había pasado en la confesión de Laika, pero la dragona fue capaz de recomponerse de su rechazo con la ayuda de la propia Azusa, aunque fuese algo complicado en especial para Laika.

Ahora habían vuelto a su habitual rutina de matar slimes por las mañanas.

- "Huh..." -. El suspiro tembloroso de Laika alarmó a Azusa.
- "¿Estás bien?" -. Rápidamente se acercó a ellas que mostraba un rostro algo asustado.

- "Aún recuerdo esa tétrica sonrisa de Pecora cuando supo lo de mi amor por usted, era como si ella tuviera ganas de decapitarme o mucho peor..." -. Laika comenzó a sudar con una risa para que no sonará tan perturbador, pero esa sonrisa del rey demonio aparecía en todas sus pesadillas.

- "¡No te preocupes!, Pecora no sería capaz de hacerte algo malo solo porque estás enamorada de mí, no mientras yo esté contigo" -.

Las palabras de la bruja sacaron una sonrisa brillante en los labios de Laika, que logró subirle el ánimo después de eso.

Mientras seguía con la matanza de slimes, Laika se encontró con dos slimes muy peculiares que estaban aterrados, lo que a ella le pareció extraño fue que estaban acurrucados.

Azusa llegó y rápidamente con un toque los mató a ambos y Laika quedó estupefacta.

Azusa No dejó pasar su expresión, así que estuvo varios segundos pensando que era lo que pasaba por sus pensamientos.

- "Oh, creo que ya sé lo que pasa..." -.

- "¿A qué se refiere señora Azusa?" -.

Azusa tenía una sonrisa extraña, tanto que Laika estaba confundida, entonces la bruja se acercó sin que ella se lo esperara para plantarle un beso en la mejilla.

Laika se puso roja en unos segundos aún sin entender la acción de Azusa.

- "Beelzebub me contó que eres algo celosa, más específicamente cuando le doy un beso en la mejilla a las niñas, así que quise darte la oportunidad de que puedas sentir la sensación" -.
La dragona roja hasta las orejas, tardó en reaccionar pero al escuchar las palabras de Azusa recordó a lo que se refería, no pudo evitar abrir la boca sin saber que decir.

- "¿Que tal se sintió el beso, Laika?" -.

- "Muy cálido y...agradable, agradezco la amabilidad señora Azusa" -. Laika no podía ver a Azusa al rostro pero sabía que estaba sonriendo, no pudo evitar sonreír muy feliz luego de ese beso tan inesperado que jamás olvidaría.

- "Extrañaba los días tranquilos en casa..." -.

- "Tiene razón señora Azusa" -.

- "¡Espero que todos puedan degustar de los deliciosos hongos que yo misma me encargué de recolectar del bosque!" -. Halkara no paraba de moverse inquieta de emoción, todos se encontraban en el comedor para calmar sus estómagos hambrientos luego de esperar la demora de la elfo rubia que estaba encargada de hacer la cena.

- "¡La comida está deliciosa Halkara!" -. Falfa la eligió haciendo que ella sonriera entre dientes.

 

- "¡Si!, ¿por cierto sabes que hongo es este?" -. Shalsha revisó en su plato, sacando un hongo de color rojo con puntas moradas.

- "Esos hongos...ah pues, los encontré junto a los demás así que debe de ser comestible!" -.

- "¡Este hongo me suena familiar!...creo que es uno que te hacía un extraño cambio en tus pensamientos y perdías el control de ti mismo" -. Halkara sintió como sudores fríos bajaban por su frente, mientras todos muy asustados revisaron sus platos de comida.

Había alguien que se quedó congelada con los cubiertos en las manos, tratando de imaginar que había escuchado mal las palabras de Falfa.

- "Parece que no está en ninguno de nuestros platos, que alivio" -. Laika soltó un suspiro con la mano en el pecho.
- "Tuve la suerte de verlo antes de comérmelo" -. Mencionó Shalsha viéndolo detenidamente.

- "Yo si me lo comí..." -. Todos se giraron impactados al escuchar la voz en seco de Azusa.

- "Halkara..." -.

- "¡Descuide maestra Azusa!, ¡si mantiene la calma tal vez nada malo pueda pasar!" -. La elfo sonreía muy temblorosa sin saber que hacer para tranquilizarla.

- "Halkara, me siento mareada..." -. La elfo comenzó a gritar internamente mientras se llevaba las manos a la cabeza.
Azusa respiraba muy nerviosa y su visión se volvió borrosa.

Rápidamente todos corrieron al lado de ella para auxiliarla.
- "¿Se siente bien jefa?" -.
- "¡¿Ama?!" -.
- "¡¿Mamá?!" -.

"Oh no...aquí vamos otra vez"

- "¡Señora Azusa!" -. Todos gritaron mientras su visión se volvía cada vez más nublada sintiéndose con sueño, hasta que cerró los ojos por completo.

Chapter 2: Ruptura de sentimientos extraños (parte 2)

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Azusa soltó un quejido sintiendo los rayos del sol asomarse por su ventana y fue poco a poco abriendo los ojos.

Estiró los brazos sintiendo bastante cansancio.
- "Ah me duele la cabeza..." -. No entendía absolutamente nada a pesar de encontrarse en su cama habitual, pero por algún motivo algo estaba realmente mal.

Sentía que alguien tomaba su mano así que se giró, ahí estaba durmiendo al lado de ella un dragón de cabello rojo muy plácidamente.
"¿Qué?".

Estaba sintiendo la repentina sombra en su rostro y ella abrió lentamente los ojos con dificultad hasta que pudo ver la cara de Azusa muy cerca.
- "Oh...buenos días, señora Azusa" -. Laika sonaba muy tímida con un sonrojo notorio en sus mejillas.

- "Buenos días...¿podrías explicarme que está pasando?" -. La vergüenza de Azusa no era tan notoria al estar sumida en la confusión.

Laika respiraba muy nerviosa, pasaron varios segundos donde no dijo nada, solo su cara se volvía más roja hasta que sacudió la cabeza.

- "¿Que es lo último que recuerda exactamente señora Azusa?" -.

- "Que era de noche y estábamos tomando la cena, de resto no recuerdo nada" -. Azusa se volvió a acomodar en la almohada y viendo a la pared, a su lado Laika tragó saliva para poder contarle todo desde el principio.

- "¿Recuerda quien estuvo a cargo de la comida esa vez?" -.

- "Halkara...¡espera!" -.

- "Al parecer usted comió uno de los hongos extraños que había en la comida, ella se dió cuenta cuando usted ya se lo había comido.
Usted se desmayó y nosotras intentamos de de todo para que despertara" -.

- "¿Y que tenía de efecto el hongo de Halkara?, mi estómago no se siente mal" -.

- "Tenía el efecto de amor a primera vista. Cuando se lo comió, usted al despertar se enamoraría de la primera persona que vea" -. Azusa abrió los ojos alarmada.
- "Eso significa que yo..." -. Ella soltó un jadeo de sorpresa viendo a Laika.

- "Cuando despertó en mis brazos usted se enamoró instantáneamente de mí, desde ese momento han pasado muchas cosas...e incluso me insistió que hiciéramos una boda en todo el pueblo para oficializar nuestro matrimonio" -.

- "¿C-cómo?, no...eso no puede ser real, tiene que ser solo un extraño sueño verdad?" -. Azusa reía muy asustada, mientras Laika la veía con un rostro serio apretando su agarre a la cobija.

- "Mire su mano" -.

Azusa hizo caso y lentamente la observó, en su mano estaba exactamente el mismo anillo plateado que cargaba Laika cuando vió la mano de ella.

- "¡¿QUEEE?!" -. La dragona asintió para empeorar la situación, Azusa completamente sin palabras de la situación, comenzó a pensar como debía castigar a Halkara.
"¿Como un hongo pudo hacer todo esto?, lo va a pagar muy caro..."

Sus ojos se abrieron más de lo normal, aún teniendo una duda muy importante en su mente ahora mismo, se volteó para ver a Laika que estaba muy callada.
- "...¿Cómo se deshizo el hechizo del hongo?" -.

Los hombros de Laika se tensaron y bajó la mirada.
- "Esa fue la peor parte..." -. Volvió a levantar un poco su rostro, pero ahora era de un color rojo brillante que le daba malos presagios a la bruja.

- "Descubrimos que la única opción para poder deshacer el efecto del hongo y que volviera a la normalidad, era que la persona debía pasar una noche entera a solas con el amor a primera vista, solo éramos nosotras dos en la casa y...todo ocurrió anoche..." -.

El cuarto quedó en completo silencio, Laika tragó saliva muy asustada y bastante sonrojada, ignorando la expresión que pudiera tener Azusa.

- "Nosotras...lo hicimos...¿hicimos eso?...¿aquí?" -.

- "Si..." -.

- "No, no, no...NO, ¡HALKARA!" -. La bruja de cabello rubio con toda la vergüenza infernal que sentía en ese momento no podía calmar su ira con la elfo discípula, rechinando los dientes.

- "Halkara y los demás se fueron a dormir en el pueblo para que no hubieran interrupciones y fuera incómodo, ellas deberían llegar a casa más tarde" -. Laika sonó casi en un susurro mientras intentaba con todas sus fuerzas no levantar la mirada.

Azusa se cubrió la cara con la almohada muerta de la vergüenza.
- "¡Realmente lo siento tanto, Laika!, si hubiese sabido que esto pasaría yo..." -.

- "No tiene porque disculparse señora Azusa, no tiene nada de culpa en esto" -. Con una voz tranquilizadora le acarició la cabeza haciendo que Azusa se sintiera extraña con la sensación agradable.

La familia había llegado a la casa, Azusa se mostraba bastante sonriente para la sorpresa de todos.

- "¿Mamá estás bien?" -. Shalsha y Falfa se acercaron a ella que se encontraba bastante tranquila.
- "No se preocupen niñas, mamá ya no se siente rara, pueden ir a entrar a la casa y ir a comer, Laika les preparó una merienda" -.

- "¡Gracias mamá!" -. Agradeció Shalsha.

- "¡Iremos a saludar a mamá Laika!" -. Farla tomó a su hermana y despidiéndose de Azusa, entraron a la casa.

"¡Espera!, ¡¿Cómo que mamá Laika?!".
Azusa se sonrojó luego de las palabras tan felices de su hija.
Se dió cuenta de que habían más cosas que aún no sabía a pesar de estar informada de la situación, pero realmente le aterraba saber todo lo que pasó mientras era dominada por el hongo.

Rosarie, Flatorte y Beelzebub aparecieron detrás de ellas y se quedaron paradas al frente de Azusa.
- "¡Que bueno que se recuperó jefa!" -.

- "Realmente pensábamos que no había forma de que volviera a ser la misma después de comerse ese hongo" -.

- "¿Y como te sientes ahora después de todo lo que pasó en la semana que te perdiste, ah?" -.

- "¿Acaso no tienes trabajo que hacer Beelzebub?" -.

La demonio le hundió el dedo en la mejilla mostrando su ira.
- "¡Dame las gracias ya que yo fuí la que descubrió como volverte a la normalidad!, ¡porque nunca habrías vuelto a ser como antes!" -.

- "¿Dónde escondieron a la causante de todo esto?" -. Las tres chicas frente a Azusa se voltearon para mostrar a una Halkara que estaba tiesa como un tronco detrás de Beelzebub, mientras su rostro sudaba de los nervios.

- "Ve y enfrenta tus consecuencias" -. Beelzebub la tomó de la oreja llevándola hasta Azusa a arrastra.
- "¡AYYYYY, pero no hagas eso que duele mucho!" -. Respondió el elfo chillando de dolor.

Halkara dejó de respirar para encontrarse con la mirada de su maestra.
- "Oh...¡Hola Azusa!...yo...¡estoy muy feliz de que todo se haya resuelto después de todo!, ¿usted también está feliz de que las cosas vuelvan a ser como antes?" -.

- "¿Por qué estás temblando Halkara?, ¡has mejorado mucho más mi vida de lo que ya lo estaba antes!" -. La elfo abrió los ojos después de escuchar las palabras completamente inesperadas de su maestra, que se encontraba sonriendo muy forzadamente pero no lo notó.
- "Me alegro mucho, pensé que se iba a enojar..." -.

- "¡Por supuesto que lo estoy!, ¡Halkara las cosas no serán como antes!; ¡¿acaso no sabes que ahora estoy comprometida con Laika porque me diste un hongo extraño?!" -. Azusa estaba chocando su frente muy enfadada y podía ver sus ojos llenos de ganas de matar.

- "¡Maestra Azusa no me gusta que juegue conmigo!, ¡usted tiene la razón soy muy torpe pero por favor créame que no tenía idea de las características de ese hongo raro!" -. Halkara se arrodilló delante de ella mientras golpeaba la cabeza repetidas veces con el suelo, sintiéndose la única culpable.

- "Cada vez que haces la comida siempre tiene que acabar de una manera horrible..." -.

- "¡Descuide maestra Azusa!, las niñas no escucharon nada de lo que pasó ayer en la noche entre ustedes" -. Halkara lo dijo de una forma para que se conformará y no sonará tan mal, que lo viera como algo bueno.
Pero Azusa simplemente contuvo toda su ira fulmínandola con la mirada.

- "¡JAJAJA!" -. Beelzebub no se aguantó más viendo el espectáculo delante de sus ojos, Rosarie tragó saliva y se acercó a Halkara cuando su jefa caminó hacia donde estaba antes.
- "¿De verdad es tan gracioso eh?" -.

- "¡Pues si!, Laika se lo pasó increíblemente bien toda la semana, y viendo su cara no parece estar molesta por la gran noche que tuvieron" -.

Azusa volteó a ver a la ventana que estaba viendo ella, y el cuerno de un dragón rojo fue visto fugazmente por unos segundos por la retina de su ojo.
Beelzebub siguió partiéndose de la risa.

- "¡Si solo estás aquí para fastidiarnos devuélvete a tu reino y déjame en paz!" -.

- "Esta bien Azusa me voy a calmar, pero debes de comenzar a pensar si seguir con ese anillo sea lo mejor para ti" -.

Ante el comentario se miró el anillo plateado que cargaba en la mano, mostrando un característico brillo por la luz del sol, Azusa apretó los labios sintiéndose muy consternada sabiendo que debía enfrentarse a un nuevo problema.

- "¿Eso significa que ya no está enfadada conmigo?" -. Escuchando la pregunta de Halkara, la volvió a ver a la cara con una expresión de desgana.

- "Necesito saber que pasó en estos días" -. Azusa entró última a la casa, aunque fuera demasiado vergonzoso tenía que enterarse de lo que pasó mientras perdió el conocimiento.

- "Por cierto, como castigo no vas a volver a cocinar permanentemente Halkara, tendrás más tiempo para otras tareas" -.

- "Fiuf, la saqué barata..." -.

- "Después de que despertaste en los brazos de Laika, justo en ese preciso momento no la dejaste de abrazar por toda la noche, incluso le decías cursilerías y querías que durmiera contigo esa noche" -.

- "Bueno no suena tan terrible como pensaba que sería" -.

- "A la mañana siguiente le propusiste matrimonio..." -.

- "¡PERO CÓMO-" -.

- "¡AJAJAJAJAJA!" -. Beelzebub otra vez comenzó a reír a carcajadas mientras la bruja totalmente sin creersélo esperó una respuesta de los demás que la veían en silencio al no tener la valentía para decírselo.

- "Y-yo se lo explicaré señora Azusa" -. Laika claramente sonaba muy tímida, y así sería apartir de ahora sabiendo que ella y Azusa están casadas.

- "¿Se lo dirás con detalles incluidos?" -.

- "Beelzebub te voy a sacar en serio..." -.

- "¡Azusa!, ¿te encuentras bien?, me dijeron que ayer te comiste un hongo extraño y necesito saber si puedo ayudarte, vine lo más rápido que pude" -.

Azusa le quitó el brazo de encima muy agitada.
- "No importa eso Beelzebub, me siento más viva que nunca...para ser más precisos mi corazón no deja de dar saltos cuando soñé con ella anoche...ahhh como no me di cuenta de tí" -. Ante el suspiro enamorado de la bruja, Beelzebub sabía que algo grave había pasado y alzó las cejas, todas miraban muy extrañas a Azusa desde el salón.

Al ver a la persona que estaba buscando soltó un suspiro lleno de confianza y camino con firmeza hacia ella.

- "¡¡¿¿¿??!!!" -.
Se arrodilló ante la chica de cuernos que no entendía que estaba pasando.
- "Laika, ¿quieres que yo sea la persona que te haga feliz por el resto de tu vida?" -. Azusa completamente embobada con una sonrisa sonrojada sacó un anillo delante de todas.

- "¡¿QUEEEEEEE?!" -.

- "Señora Azusa..." -. Laika sintió como si su corazón casi se saliera del pecho ante la repentina confesión.

- "¿Dijiste que no te gustaba que te llamara la hermana menor verdad?, ¿no quieres ser mi esposa ahora?, te puedo llamar cariño cuando tu quieras" -.

- "¡Niñas no vean!" -. Beelzebub se puso delante de ellas para taparles los ojos y orejas rápidamente, los demás miraban boquiabiertos la escena.

- "¡Esto es muy malo Halkara!, ¡el hongo que le diste a la jefa le está afectando mucho!" -. Rosarie se acercó muy impactada del comportamiento que estaba teniendo.
- "¡¿Por qué todo siempre es mi culpa?!" -. Argumentó ella.

- "Señora Azusa...yo..." -. Mientras las chicas trataban de resolver lo que estuviera pasándole a Azusa, y Laika aún seguía pensando que respuesta darle.

Azusa comenzó a bajar su expresión de emoción, poniéndose muy triste.
- "¿Pasa algo Laika?, ¿no quieres que yo sea la que te haga feliz?, ¿no querías tener un hijo conmigo y que te llamara esposa?" -.

- "Chicas...ayuda" -. Laika estaba completamente roja y de reojo trató de pedir ayuda mientras temblaba.

- "Si fuera tú no me aprovecharía de la ama, eso sería bajo para un dragón como tú" -.

- "Flatorte, tú harías lo mismo" -. La dragona azul le cayó la boca a Halkara después de su comentario.

Rosarie negó con ambas manos.
- "A mi no me lo preguntes, no he vivido una situación como esta antes Laika, tal vez deberías escucharte a ti misma o a lo que mejor creas tú" -.

- "Por mi no hay problema que sean pareja, mientras Pecora no se entere de esto" -. Beelzebub estaba aún protegiendo a las niñas mientras las veía con indiferencia.

Laika miró a Azusa fijamente, la bruja ya se estaba poniendo bastante sombría ante su silencio.
- "¿Eso es un no verdad?" -.

- "¡¿Como cree eso señora Azusa?!, ¡por supuesto que me quiero casar con usted y le diría si mil veces!" -. Azusa se tiró encima de Laika llorando de la felicidad, luego de escuchar sus lindas palabras.

- "Vengan conmigo niñas, su madre necesita algo de espacio en estos momentos de felicidad" -. Beelzebub fue junto a ellas a la habitación de arriba para intentar buscar una solución rápida.

- "No oigo nada, ¿por qué mamá se puso a besar la cara de Laika tantas veces?" -.

- "Tranquilas niñas, yo les besaré la cara todas las veces que me lo pidan..." -. La puerta de la habitación se cerró, pero la atención seguía puesta en el salón con todas muy avergonzadas de la intimidad que estaban teniendo Azusa y Laika.

- "Señora Azusa..." -. Trató de quitársela de encima, pues no paraba de besarle la cara con mucha ternura.

Pudo alejarla lo suficiente para intentar levantarse, pero entonces Azusa decidió enrollar sus brazos a la altura del estómago de Laika para apoyar su cabeza ahí y que no pudiera hacer nada.
- "Laika es tan adorable cuando se ve tierna..." -.

- "Por favor señora Azusa necesito que me suelte, no siento las piernas" -. La chica de cabello rojo bajó los cuernos muy sonrojada, esto era demasiado para ella, la noche anterior tenía la esperanza de que durmiendo Azusa se recuperaría del efecto de aquel hongo pero solo empeoró.

Algo brillante pasó por la cabeza de la bruja que estuvo en silencio por un momento.
- "¡Ohohoho!, ¡tengo una gran idea Laika, vamos a contárselo a todo el pueblo!" -. Con mucha emoción la levantó y se fueron tomadas de la manos corriendo afuera.

- "¡¿Eh?!, ¡espere un momento señora Azusa no creo que realmente haya que hacerlo!, ¡ah que me tomé de la mano tan apasionadamente hace que no pueda negarme, AYUDAAA!" -. Laika gritaba a la distancia muy sonrojada, aunque su cabeza le negara que no era la verdadera Azusa, era inevitable para su corazón dejarse llevar por la dulce voz de su amada.

- "Si Azusa sale de esta vas a tener que proponerte a vivir un tiempo alejado de la casa, solo para estar seguros" -. Halkara lloraba en silencio viendo como todo se volvía peor.

- "No encuentro nada para eliminar el efecto del hongo, es la primera vez que veo algo tan extraño..." -. Shalsha salió muy preocupada junto a su hermana y Beelzebub que tenía un semblante pensativo.
- "Es un hongo tan extraño que no se tienen muchos conocimientos sobre él, tendrás que acompañarme a investigar Halkara para encontrar una solución, eso sí quieres evitar que tu maestra termine convirtiéndose en un simp" -.

Al rato alguien abrió la puerta de manera agitada.

- "¡Chicas no lo van a creer!, la gente nos felicitó por la noticia y la iglesia del pueblo dijo que se encargará de nuestra boda y además todo el mundo puede ir de invitados, ¡¿no es maravilloso?!; eso hizo incluso que Laika se desmayara de la emoción...¿no les parece tan linda?" -. Azusa apareció en la entrada de la casa saltando de alegría mientras sostenía a Laika en sus brazos, mirándola muy adorable.

Todas gritaron impactadas al escuchar la noticia, Halkara se tiró al suelo con ganas de desaparecer y hundirse, en cambio Beelzebub permanecio callada con la mirada extraña.
- "¿Como regresaste tan rápido?" -.

- "Entonces tuvimos una boda..." -. La bruja de cabello rubio tuvo que sentarse y procesar lentamente lo que le había contado Laika, mientras suspiraba lentamente.

- "¿Quieres ver las fotos que se tomaron en la boda?, están hasta en el periódico" -. Laika escondió el rostro de lo sonrojada que estaba por recordarlo.

- "¡Beelzebub basta!, ¿no ves que esto ya es demasiado incómodo para las dos?" -. Azusa señaló a la tímida Laika como ejemplo mientras sus mejillas comenzaban a arder también.

- "Es que la magia que tenían ustedes dos era tan bonita, siempre se les veía tan felices que ahora me va a ser extraño que todo sea diferente" -.

"Beelzebub tiene razón, la señora Azusa va a pedirme que el matrimonio entre nosotras se deshaga..."

Laika suspiró tristemente y se quitó las manos del rostro mostrándose más tranquila.

 

- "¿Y por que nadie detuvo la boda?" -.

- "Porque después de muchas investigaciones sin resultado, todas habíamos llegado a la conclusión de que para romper el hechizo del hongo tenías que darle un beso a Laika...pero no salio como esperábamos, y así fue como se casaron ustedes dos, después fue que logré descubrir como había que romper el hechizo" -.

Azusa se quedó sin palabras cuando le pasaron un cuaderno con todas las fotos del día de la boda, la cara pasó de roja a pálida.

- "¡¿TODOS ESTUVIERON ESE DÍA INCLUYENDO LOS PADRES DE LAIKA?!" -.

- "Ellos nos felicitaron y le dieron la aprobación y todas las gracias, usted les prometió que me haría la mujer más feliz; mis padres tienen la idea de que usted si aceptó mi confesión de hace tiempo" -. Azusa abrió los ojos soltando un jadeo de miedo cuando vió el rostro tan rojo de Laika por sus palabras.

- "¡Esto está terriblemente mal!, de verdad ya no quiero escuchar que más pasó..." -. Azusa estaba súper avergonzada y arrepentida de haber querido que le contarán la historia, golpeó su frente con el cuaderno de las fotos soltando un gemido de tristeza.

Aprovechó para ver  las fotos y solo podía sentir el aura de alegría que había en ellas, se detuvo justo en la foto donde aparece besando a Laika muy apasionadamente mientras llevaban un vestido blanco.
"De verdad esto sucedió, todos lo presenciaron y están muy felices..."
La idea de haberse casado la ponía muy abrumada y solo con escuchar la palabra casada se estremecía.

- "Para nosotras no hay ningún problema que Azusa esté casada con cualquier persona o no, mientras se sienta feliz estaremos feliz también" -. Las chicas parecían mostrarse solidarias con ella, pero Azusa sentía un problema en su corazón que era difícil expresar.

"Pero es que yo no-". Su mirada se centró en la mueca de tristeza de Laika, interrumpiendo sus pensamientos y haciendo que se sintiera mal.

Las dos sabían que esto estaba destinando tarde o temprano a un divorcio, porque eso nunca debió ocurrir y no deseaban tener algún tipo de inconveniente en el futuro.

- "Iré a tomar un poco de aire" -.

Azusa fue a pensar las cosas mientras daba un paseo por el pueblo, cuando llegó a la entrada fue recibido por varios ciudadanos muy felices.

- "¡Señora Azusa!" -. Dijeron todos saludándola.

- "¡Hola!" -. Sonrió despreocupada para disipar los males que sentía.

Uno de los que estaba no pudo evitar preguntar.
- "¿Qué tal van las cosas con su matrimonio con Laika?, usted sabe que todo el pueblo le desea lo mejor y que puedan tener un amor fuerte hasta que las muerte los separe" -.

Azusa se tensó y las mejillas se volvieron a poner ardientes, haciendo que suspirara muy nerviosa.
- "¡Oh eh...está todo fenomenal si!, Laika está aún que no se lo cree jaja" -.

Azusa se escabullía lo más rápido posible de la gente y tratar de volver a calmarse, pero cada vez que alguien la veía siempre la saludaban y tocaban el mismo tema.

- "¡Hola señora Azusa!, ¡envíele saludos de mi parte a su esposa Laika!" -.

- "¡Oh señora Azusa!, estamos vendiendo estás camisetas en honor a su reciente boda con la señorita Laika, ¿que les parece?" -.

- "¡Es raro que no esté caminando con Laika, la última vez pasearon por el pueblo muy cariñosas y fueron a una cita, su amor es algo que nos hace llorar a todos de lo hermoso que es" -.

- "¡Buenos días señora Azusa!, mi hermana y yo hicimos una historia de usted con Laika, me gusta mucho escribir sobre romance y su relación nos inspiró mucho para empezar" -. Incluso los niños estaban tan felices, Azusa no tenía hueco en donde esconderse sin que le preguntarán sobre su matrimonio con Laika.

Su rostro estuvo rojo durante todo el camino y no podía relajarse de solo pensarlo.

Lo mejor que se le ocurrió fue ir al gremio, donde justo en ese momento las cosas estaban más silenciosas ya que no había mucha gente.

- "¡Señora Azusa!, hace mucho que no la veo por aquí" -. La encargada del gremio se acercó a ella para poder saludarla.

"¡Déjenme en paz por favor!". Pensó ella para sus adentros sintiéndose desganada.

- "Oh si, pasó bastante tiempo sin volver a vernos, diría más específico desde que hicimos el restaurante" -.

- "Eso fue bastante tiempo, supongo que ya olvidó que estuve saludándola en la boda, verdad?" -.

- "Si vas a volver a hablarme de eso mejor me voy" -. Con una voz muy amargada, Azusa se fue del gremio a un lugar donde pueda estar en relativa paz.

- "¡Espere señora Azusa!" -. La encargada del gremio a lo lejos en la entrada de la puerta hizo que tuviera volver para saber que quería ahora.

- "Antes de que se vaya quería saber, ¿piensa tener hijos en algún momento con Laika?" -.

Azusa estaba roja hasta las orejas luego de ponerse a pensar seriamente sobre la pregunta que no esperaba venir, y sin más salió corriendo a su casa.

- "¿Dije algo que no debía?...¡¿O TAL VEZ SI TENGO RAZÓN?!, ¡señora Azusa por favor no me deje con la duda!" -.

"No debí haber salido del cuarto, ¡ni siquiera debí haberme levantado esta mañana!"

- "Mamá" -. Las niñas entraron a la habitación después de que hubiera pasado casi tres horas metida sin levantarme de la cama.

Es la primera vez que me sentía tan perdida y tonta en este mundo, todo por un simple hongo que ahora me ha dejado en un punto donde no sé qué hacer.

- "¿Pasa algo?, no has salido de la habitación desde que regresaste tan roja como un tomate, ¿te está dando fiebre?" -. Falfa me sacó una sonrisa con ese comentario tan inocente, le acaricie la cabeza mientras me sentaba en la cama.

- "No es nada niñas, lo que pasa es que mamá ha estado pensando en todas las cosas que ocurrieron" -.

- "Mamá Laika también está muy preocupada por ti..." -. Dijo Shalsha con una voz suave.

Espera...un momento...

- "Niñas, ¿podrían contarme por qué ahora dicen mamá Laika?" -. Las invité a ambas para que se sentarán en la cama y habláramos como madre e hijas.

Aunque eso suponga que ahora vendrá otra historia que mi cerebro no puede recordar de esos días y que seguramente me avergonzará.

La señora Azusa y yo íbamos caminando tomadas de la mano y abrimos la puerta de la casa.

- "¡Niñas vengan un segundo!" -. Ellas con una sonrisa enorme les pidió que vinieran a donde estábamos nosotras.

- "Quiero que a partir de ahora le digan mamá a Laika, ¿de acuerdo?" -.

- "¡¿CÓMO?!" -.

La señora Azusa apretó el agarre a mi mano mientras sonreía muy tierna a las niñas, las dos me vieron algo sorprendidas por un momento mientras estaban pensando.

- "Está bien mamá, ¡siempre quise tener dos mamás!" -.

¡¿Esto es un sueño?!, ¡no tengo idea de si es buena idea darme una cachetada para despertar o aprovechar este momento!

Mi cara estaba más caliente que una tetera, desvíe la mirada muy tímidamente mientras Azusa se reía cerca de mi oído.
De verdad no creo que aguante mucho, estoy deseando que las chicas encuentren una cura y me despierten de una vez.

- "¡Ama eso no es justo!, ¡no has acariciado mi cabeza desde que te obsesionaste con Laika, ¡yo también soy un dragón con sentimientos sabes?!" -.

- "Esta bien Flatorte, no te pongas celosa Laika" -.

Creo que ya tengo suficiente con un matrimonio, no tengo las fuerzas para ponerme celosa por eso.

Aunque la señora Azusa ha perdido la capacidad de pensamiento propio después de comerse el hongo y que le controlara, siento que hay veces donde sigue siendo ella misma, ya sea con las niñas o con los demás.

- "Si llegas a tener otra pelea con Laika procuraré que no te vuelva a acariciar nunca más..." -. Flatorte se quedó helada ante la amenazada de Azusa que mostraba una expresión sombría.

Retiro lo que dije, ese hongo la está cambiando por completo muy lentamente.

- "Ahora lo entiendo" -.

- "¡Me alegra mucho lo bien que se llevan mamá!, hoy Laika ha estado más triste de lo normal, no sé si sería buena idea que fueras a hablar un poco con ella" -.

- "Tienes razón Falfa, iré a hablar con su nueva mamá mientras ustedes pueden ir a jugar en el cuarto" -.

Antes de encontrarme con Laika me topé con Rosarie que estaba ordenando algunas cosas en el salón.
- "Rosarie, Laika está en su cuarto verdad?" -.

- "Hace unos segundos salió rápidamente por la puerta muy nerviosa, creo que venía de arriba" -.

¿Estaba escuchando la conversación que tuve con las niñas?

- "Ah por cierto, ¿quiere que la ayude a llevar las cosas de Laika para su cuarto?" -.

- "¿De qué estás hablando?" -.

- "Ha estado tratando por todas las maneras de que trajera las cosas para estar en la misma habitación" -.

- "¡¿Yo hice eso?!" -.

- "Como Laika se negó usted la obligó a dormir en su cuarto como consuelo, ella no opuso mucha resistencia cuando usted se lo pedía" -.

¡¿Pasé todos los días durmiendo junto a Laika?!, ¡¿nuestra habitación?!

- "Si quiere saber todos los detalles debería preguntarle" -.

Me fuí a buscarla rápidamente, estaba acostada en el campo con una mueca de tristeza.

- "Laika, ¿está todo bien?" -.

Ella giró la cabeza y se veía bastante hundida.

- "Hola señora Azusa, me alegro que sea la misma de siempre" -. Forzó una sonrisa que me hizo poner triste, entonces se me ocurrió acostarme a su lado y ella se puso nerviosa, haciendo que yo también me pusiera nerviosa.

- "Hoy no hemos matado slimes..." -.

- "No tengo ganas, ¿y usted?" -.

- "Tampoco..." -. Antes de hacerle la pregunta sentí como mis mejillas estaban ardiendo ante el tema que quería tocar.

- "Laika...¿podrías contarme todo lo que pasó mientras estábamos durmiendo juntas?" -.

- "¡S-si!, no hay problema..." -. Su voz se volvió tan suave y tímida, los cuernos bajaron mientras el rostro se volvía del color de su cabello.

No podía dejar de pensar que Laika se veía bastante linda cuando estaba sonrojada...¿por qué estoy empezando a notar y pensar en esas cosas ahora?

Sacudimos la cabeza para olvidarnos del ambiente tan extraño que había y que mi pregunta fuera respondida.

- "¡Señora Azusa!" -. La bruja estaba aferrándose con todas sus fuerzas a las piernas de una chica con dos cuernos pequeños.

- "¡Por las buenas o por las malas dormiremos juntas!, ¡Laika si no te detienes pueden pasar dos cosas; uno te arrancaré los pantalones o dos, usaré mi fuerza para cargarte y llevarte al cuarto!" -. Laika se detuvo y la cara se volvió roja por completo, tuvo que hacer lo que le pedía.

- "Descuida no te haré nada raro, solo necesito poder abrazarte y las dos dormiremos muy felices" -.

- "Solo para que lo sepa, es un sueño para mi dormir junto a usted tan cerca" -.

- "¡Pues ahora te vas a tener que acostumbrar!, porque tú y yo dormiremos juntas a partir de ahora" -. Azusa le dió un abrazo muy afectivo a la dragona, que seguía con su cara roja pero sin saber si era por estar sonrojada o porque la estaba dejando sin aire.

 

- "Aún no estoy preparada para llevar mis cosas a su habitación s-Azusa..." -.

- "No te preocupes por eso Laika, me basta con tenerte a mi lado" -.

- "¡Eso fue demasiado cursi incluso para alguien como usted!" -. Azusa se estaba riendo ante el puchero que hizo Laika.

La primera noche Laika no paraba de desviar la mirada mientras la bruja acostada a su lado sonreía.
"Me gusta mucho que la señora Azusa solo tenga ojos para mí, pero siento que me va a desgastar si no deja de verme tan fijamente".

Luego de largos segundos de silencio donde solo se escuchaban las respiraciones de ambas, Azusa decidió terminar con el silencio.
- "¿Te sientes bien?, ¿estás cómoda o hay algo que te moleste?" -. Su voz sonaba más nerviosa de lo normal, se giró viendo a una Azusa ruborizada.

- "No, A-" -.

- "Si, tal vez estoy desgastándote mucho con la mirada, solo que no puedo creer que esto haya ocurrido" -.

- "Yo tampoco señora Azusa, desde que comencé a tener sentimientos por usted no creía que llegaría a este punto" -. Laika apretó suavemente el agarre de la mano. - "Realmente no tengo nada de lo que quejarme ahora, es tan perfecto" -.

- "Hemos pasado por tantas cosas desde que te uniste a la familia, ¿recuerdas cuando abrimos el restaurante del festival?" -.

Laika abrió los ojos bastante sorprendida.
- "Pero no ha pasado mucho tiempo desde que ocurrió eso" -.

- "¿Por qué dices eso?, ¿crees que lo habría olvidado?" -.

Laika recordó entonces las palabras de Beelzebub luego de la última investigación fallida que ocurrió un día antes de la boda.
"Parece que Azusa habrá momentos donde tenga alguna pérdida de memoria, no tengo idea de que estamos hablando específicamente, pero es probable que haya olvidado recuerdos que ha tenido en su memoria".

Azusa la miró de manera extraña, la dragona reaccionó sacudiendo la cabeza algo nerviosa por haberla dejado hablando sola.
- "Disculpa señora Azusa, ¿de que estabas hablando?" -.

- "¡No es nada!, solo que tengo muy vivo el recuerdo de lo linda que te veías con el vestido de sirvienta jaja" -.

- "Preferiría que no recordara eso" -.

- "Hablo muy en serio Laika, ese día me dieron bastantes ganas de haberte dado un beso de lo adorable que estabas" -. Laika se sonrojó otra vez haciendo que Azusa sonriera mientras le daba un abrazo.

Una suposición pasó fugazmente por la cabeza de la dragona en forma de humana.
- "Azusa, ¿el beso que me dió aquella vez en la mejilla, por qué fue exactamente?" -. Con una mirada seria en sus ojos rojos que asustó incluso a la bruja que estaba nerviosa, tuvo que obligarla a responder.

- "¡Por que te ponías celosa cuando le daba besos a las niñas!...y también porque te lo debía del día de la inauguración del restaurante, bueno en general siempre eres adorable y quería besarte, eso es todo" -. Azusa respondió muy tímida ynerviosa, revelando un secreto que dejó en shock a Laika por unos momentos.

"¿Estoy hablando con la verdadera señora Azusa?".

Luego de pasar toda la noche hablando, Laika le dió la espalda para intentar dormir tranquila, pero Azusa la rodeó con sus brazos durmiéndose justo en su espalda.

- "El aroma de Laika es tan agradable ehehehe" -. Balbuceó Azusa mientras dormía, haciendo que otra vez Laika se pusiera más roja y tensa que antes sintiendo la respiración en su nuca.
"¿Cómo voy a dormir apartir de ahora estando tan cerca de ella?".

Las siguientes noches fueron más tranquilas para el alivio de Laika, las dos se pusieron de acuerdo en dormir acurrucadas haciendo más agradables esos momentos especiales.

- "Me pone tan felíz lo bien que te llevas con las niñas, ¿estás feliz de ser mamá, Laika?" -.

- "Si, tengo que decir que me cuesta adaptarme porque no me acostumbro y porque no pensé que llegaría a ocurrir, pero realmente siento que las cosas no han cambiado casi nada" -.

- "¿A qué te refieres con eso?" -.

Laika parpadeó con un rostro serio, pensando si era buena opción contarle toda la verdad a Azusa que se comenzó a preocupar por el silencio y su expresión en el rostro.

- "Me refiero a que usted es maravillosa como siempre si, heh...¿no ha sentido alguna pérdida de recuerdos por casualidad?" -.

Azusa con la mano en la barbilla intentó hacer uso de su memoria.
- "No recuerdo lo que ocurrió en mi vida anterior así que seguro que no era tan importante, pero también es verdad que había olvidado a Halkara y ella me tuvo que volver a contar cómo nos conocimos" -.

- "¿Habla en serio?" -.

- "Disculpa por no habértelo contado antes" -. Laika se perdió en sus pensamientos ignorando a Azusa.
Actuaba de la misma manera que lo hacía siempre, ahora por el efecto del hongo estaba enamorada de ella, ¿o solo fue un empuje a sus verdaderos sentimientos que nunca le reveló?

La noche antes de que Azusa volviera a la normalidad Laika y Beelzebub se reunieron mientras Azusa se encontraba descansando.

- "Realmente es como si ella no hubiese cambiado para nada, ¿estaremos exagerando con el hongo?" -.

Beelzebub negó con la cabeza mientras veían descansar a la bruja.
- "No, es obvio que no va a sacar sentimientos de la nada por tí, pero quien sabe si ya esos sentimientos venían de antes y Azusa los estuvo escondiendo todo el tiempo, por eso vas a tener que hacer 'ESO' con ella" -.

- "Es que no lo sé...yo con la señora Azusa completamente solas en la casa toda una noche..." -.

- "¿Que?, ¿acaso ya te pusiste ansiosa de pensarlo eh?, puede ser la mejor noche que puedes pasar en tu vida así que aprovéchalo y espero que tengan una linda velada solas" -. Con unas palabras llenas de ganas de molestar, Beelzebub no pudo aguantarse las ganas de reírse delante de ella.
- "¡No digas esas cosas!, ¡¿por qué siempre eres así?!" -.

Después de que Laika me contó todo eso no dejé de pensarlo seriamente, era algo que ni yo podría creer.

¿Tener sentimientos por Laika?, es verdad que estaba actuando extraño con ella desde que me ayudaron a quitarme el efecto del hongo...incluso diría que la empecé a ver de una manera distinta desde que me enteré de su enamoramiento por mí; pero no puedo darle tantas vueltas, seguro tiene que ser porque es muy repentino para mí todo esto...¿no tengo sentimientos por Laika verdad?

Esa idea estuvo golpeándome desde que llegué a casa, pero yo misma me negué a creerlo, no podía ser posible y así lo seguí pensando incluso en mis sueños.

Cuando estaba durmiendo me encontraba junto a alguien otra vez, pero no estaba despierta, era extraño porque se veía bastante borroso.

- "Azusa, ¿el beso que me dió en la mejilla aquella vez, por qué fue exactamente?" -. Alguien habló en mis sueños con una voz firme llena de seriedad, por supuesto que esa era Laika.

Después de permanecer en silencio por unos segundos desesperantes por escuchar la respuesta, mi voz habló bastante tímida.
- "¡Por que te ponías celosa cuando le daba besos a las niñas!...y también porque te lo debía del día de la inauguración del restaurante, bueno en general siempre eres adorable y quería besarte, eso es todo" -.

No podía creer lo que acaba de decir yo misma, no tenía el control de mí.

¿Yo realmente tengo sentimientos por Laika o es un recuerdo distorsionado?

 

Es raro el porque siento recuerdos fugaces de esa conversación, parpadeé con dificultad para abrir los ojos y juro por las niñas que ví a Laika acostada justo a mi lado mientras me decía las mismas palabras de ese día.
Sacudí la cabeza y ella había desaparecido, ¿estoy teniendo alucinaciones por algún efecto del hongo?

- "Que debería hacer, que debería hacer..." -. Me tomé la cabeza mientras el eco de mis propias palabras inundaban mi mente.

Yo en mi vida como humana no tuve mucha suerte con el romance y tampoco estuve muy enamorada, ahora que he pasado trescientos años en este mundo no me puse a pensar en eso porque buscaba una vida llena de tranquilidad.

Ya he lastimado una vez a Laika y no sé como tuve la fortaleza de no sentirme fatal cuando comenzó a llorar ese día, ¿volverle a decir lo mismo?, no debo de alargar más esta decisión pero es complicado para mí...porque en todas las opciones salgo lastimándola.

- "Azusa, ¿no has visto a Laika?" -. Rosarie apareció en mi cara mientras intentaba encontrarla con un rostro muy preocupado.

- "No la he visto en toda la mañana, seguro debe estar en el pueblo escondida" -. Respondí sin girar la mirada.

- "Halkara, necesito que vengas conmigo al pueblo urgente y ir a buscar a Laika rápido" -.

- "¡No te alarmes Rosarie, lo dices como si fuera a ocurrir una tragedia!" -.

Estaba tan perdida en mis pensamientos que no me interesó en lo más mínimo sin tener alguna preocupación de lo que hablaban, estaba más preocupada por lo que yo debía decidir.

Un demonio de largo cabello blanco y cuernos apareció de arriba de las escaleras y se acercó muy rápidamente a mí.
- "Azusa necesito que vengas conmigo al reino de los demonios rápido" -. Ella me jaló de la ropa tratando de levantarme del sofá, pero respondí a su repentino intentó para oponerme.

- "Vayan ustedes, yo ahora me siento muy pérdida y no seré capaz de concentrarme cuando la vea a ella" -.

- "¡Ama usted nunca dejaría solo a alguien de la familia!" -. Flatorte la apoyó y intentó levantarme también, sus rostros se mostraban preocupados.

- "¡Azusa estamos hablando de Laika!, ella nunca sale sin decir a donde irá y no he visto tampoco a Pecora, ¿y si ella le hace algo por qué no acepta su matrimonio?" -. Beelzebub sonaba muy alarmada tratando de que abriera los ojos.

Por más que ahora mi cerebro lo piense, no me cabe en la cabeza que Pecora la lastime así que no hay porque tener miedo.

- "De verdad que eres dramática algunas veces Beelzebub...¡ella seguro debe estar en el pueblo!, ¡si estás tan preocupada por buscarla vete con Flatorte y dejamé en paz!, ¡¿podrían?!" -. Alcé los brazos quitándome del agarre, estaba muy estresada para tener una ridícula preocupación más, después de todo esto debe ser un simple sueño.

Beelzebub me recriminó con su mirada y sin decir una palabra se fue junto al dragón azul y me dejaron sola, también pude ver a las niñas presenciando todo desde las escaleras algo preocupadas.

El día pasó tan rápido como un soplido, Beelzebub y Flatorte nunca aparecieron por el resto del día y cuando me di cuenta ya se había hecho de noche, me encontraba justo cerrando los ojos en la habitación y el pecho empezó a dolerme mucho, podía escuchar mi respiración bastante agitada.

Pasé varios segundos llenos de tensión en la oscuridad de mi mente tan silenciosa y aterradora, cuando de repente un grito seguido de unos llantos horrorosos me hicieron despertarme de golpe.

Venía de abajo en la sala, como pude salté de la cama para abrir la puerta mientras me sentía súper angustiada de que pudo haber pasado para estar escuchando los llantos de las niñas.

Bajé por las escaleras a medias encontrándome con una escena que me dejó más que confundida.
- "¡¿CÓMO PUDO PASAR ESO?!, ¡¿CÓMO?!" -. Esa era la voz reventada y temblorosa de Halkara mientras las lágrimas salían descontroladamentede de sus ojos, tuvo que cubrise con las manos pero los sollozos eran dolorosos de escuchar.

- "¡Mamá!...mamá!" -. Gritaban las niñas mientras se abrazaban y lloraban desconsoladamente.

- "No puede ser verdad...pero Beelzebub, dime que intentaron salvarla de todas las maneras posibles...Pecora no pudo haber llegado tan lejos, ¿ella va a volver verdad?" -. Beelzebub negó y Rosarie en shock se llevó las manos a la boca.

Escuchar el nombre de Laika y ver a todos tan devastados solo me hace creer en lo peor, un nudo en mi garganta comienza a subir y me cuesta pronunciar la pregunta llena de temor.

- "Beelzebub...¿dónde está Laika?" -. Bajé lentamente y al escucharme tan repentinamente todos se giraron a la misma vez, no dije absolutamente nada y sus miradas llenas de lágrimas hablaban por si solas.

Beelzebub era la única que no parecía estar llorando pero sus ojos estaban algo rojos, tal vez porque lloró antes, ahora tenía una expresión sombría viéndome fijamente.

- "Azusa...cuando yo llegué al castillo...ví a Pecora arrodillada en el suelo mientras lloraba delante del cuerpo sin vida de Laika, parece que estuvieron peleando y en un exceso de fuerza de ambas, Laika fue atravesada por la espada que cargaba la reina llevándose la herida que la mató al instante" -.

- "¿Que?" -. Mi estómago comenzó a arderme como un infierno, mis ojos temblaban y no aparté la mirada de Beelzebub.

- "¿Recuerdas cuando ayer te supliqué para que vinieras y solo nos hiciste perder tiempo?, ¡no te decidiste en venir y las consecuencias fueron terribles Azusa!. ¡Dejaste morir a Laika por no decidirte en hablar con ella y con Pecora!" -.

- "¡NO ES CIERTO!" -. Caí de rodillas al suelo y las lágrimas salían por si solas como un río desbordándose, mi voz sonaba quebrantada y levanté la cabeza para verlas a todas.

Halkara y Rosarie me veían como si fuera la peor basura del mundo, las niñas con sus rostros llenos de lágrimas se alejaron de mí sin poder creer las acusaciones contra mí y Beelzebub consolaba a Flatorte mientras me veía con una expresión reflejando su profunda decepción.

Aún con esas fui capaz de suplicarles, con la poca fuerza que quedaba de mi voz.
- "Yo lo siento mucho, por favor perdónenme todas, solo les pido eso..." -. Enterré mi cabeza en el piso, queriendo despertar de alguna manera de esta pesadilla que solo hacía más presión en mí.

- "Pensaba que si amabas a mamá Laika...nos mentiste" -. La pequeña Falfa se separó de su hermana un momento luego de calmar un poco las lágrimas, la niña que siempre estuvo conmigo desde que apareció por primera vez en mi casa diciendo que era su madre ya no tenía el mismo brillo en sus ojos como aquella vez, porque no estaba viendo a una madre, estaba viendo a un mounstro.

 

Poco a poco, mi familia comenzó a desaparecer hasta que solo quedaran mis hijas, intenté tomar sus manos pero como si de fantasmas se tratarán, desaparecieron sin dejar un rastro junto a las demás.

¿Por qué está pasando esto tan de repente?

No paré de llorar hasta quedarme sola nuevamente en la oscuridad, me repetí a mi misma varias veces que no era más que un simple sueño para asustarme, mientras mi casa se consumía por un agujero negro que se acercaba cada vez más a mí.
- "¡Esto no es real, esto no es real, esto no es real!..." -.

...

- "¡¿?!" -. Desperté con la respiración agitada, aún la luz del día no asomaba por la ventana así que era de noche.

Creía que a mi lado estaría Laika como siempre pero resulta que no había nadie, ¡¿lo que sucedió en el sueño si fue real?!

Suplicaba con todas mis fuerzas mientras salía de la habitación en busca de ella, aún me encontraba sudando y con lágrimas cayendo de mi cara.
- "¡¿Laika estás ahí dentro?!, ¡¿Laika?!" -.

Muy desesperada le golpeé la puerta varias veces, apoyé mi oído y no pude escuchar nada por unos segundos, hasta que se abrió la puerta lentamente.
- "¿Señora Azusa?, ¿se encuentra bien?" -. Ella notó mi rostro lleno de lágrimas, sin pensarlo me acerqué a ella y la abracé fuertemente.

- "¡Realmente pasé mucho miedo!" -. Dije entre sollozos apretando el agarre para sentirla y no creer que era otro sueño.

Parece que fue una gran sorpresa para ella ya que estuvo inmóvil pero sentía que se puso rígida.
- "No lo-no lo entiendo...¿no es demasiado temprano para las muestras de cariño señora Azusa?" -. Sonaba tan tímida que solté una risa aún entre sollozos.

Las dos estuvimos abrazadas por un rato, Laika correspondió el abrazo y sentí como pasaba la mano por mi cabeza.
- "Solo tuviste una horrible pesadilla Azusa pero ya pasó, no sé que fue lo que habrás soñado pero todas estamos aquí para tí" -. Laika me consoló con su dulce voz y los demás salieron de la habitación en silencio observándonos.

- "¿Quiere que me vaya a su habitación para pasar lo que resta de noche?" -

- "¡Ah no es necesario!, yo..." -. No pude encontrar las palabras adecuadas para responderle y me quedé estática, como no dije nada sentí como ella me tomó de la mano y me llevó a mi habitación, haciendo que todas nos vean tan sorprendidas.

Laika aceptó sin problemas quedarse a dormir conmigo, ahora yo me sentía tan tímida y apenada por hacer que hiciera eso.

- "No sé sienta así señora Azusa, yo misma sabía que no podía dejarla sola" -.

Mis mejillas estaban ardiendo y desvíe la mirada para acostarme rápidamente, podía ver con la luz que provenía de la ventana la sonrisa de Laika, era tan brillante y linda que enterré la cabeza en la almohada de lo roja que me puse.

- "Si tiene alguna otra pesadilla recuerde que estoy aquí" -. Ella apretó el agarre de mi mano, no pude evitar girarme y estar justo frente a su rostro, sonreí levemente como respuesta.

Apreté también el agarre muy suavemente y cerrar los ojos, sintiendo un enorme alivio después de tener el peor sueño que había tenido desde que estaba en este mundo.

Ahora me seguía haciendo una pregunta existencial que era difícil de entender para mí y que me formaba más dudas...

¿Que es esto tan extraño que siento ahora cuando veo a Laika?, ¿es amor?

- "Creo que esto no debería seguir más Laika, sabes que te dije hace tiempo que no siento nada por tí y sabes que es doloroso tener que decírtelo, pero deberíamos ir mañana al pueblo para poder divorciarnos..." -.

Los días fueron bastante incómodos para Azusa que comenzaba a ponerse más nerviosa y se estremecía cada vez que mencionaban su matrimonio o a la dragona de cabello rojo, así que lo mejor era a volver todo como era al principio.

- "Si señora Azusa, entiendo mucho como debe sentirse desde que recuperó la conciencia luego del incidente del hongo, debo decir que fue bastante agrable estar casada con usted por unos dias" -. Laika le respondió sonriendo divertida, Azusa sonrió más apagada.
"Me hubiese gustado recordar lo bueno que fue..."

Apesar de sentir una sensación de inmenso dolor en su corazón no solo por Laika, si no por algo más extraño que Azusa no podía entender, causándole irritación porque era algo que pasaba cada vez que estaba solo con ella.

Estuvieron mirando al paisaje luego de un rato cazando slimes, el silencio era tan armonioso para ambas que se tomaron las manos en silencio.

- "Umm...señora Azusa" -. Laika sonrió muy asombrada.
La bruja del altiplano giró lentamente su cabeza, encontrándose con su mano entrelazada con la de Laika.

- "¡Ah!, ¡lo siento yo eh...creo que me distraje por el paisaje!, o tal vez la comida me cayó mal" -. Azusa se cubrió las mejillas con su mano, mientras se evidenciaba en su mirada nerviosa que estaba buscando alguna escusa.

- "Esa excusa tonta me suena mucho..." -.

- "Jajaja" -. Las dos comenzaron a reírse luego de lo que ocurrió eso, volviendo a retomar el camino a casa.
"Me alegro mucho que las cosas vuelvan a ser como eran antes, espero que así pueda poner en orden mi cabeza y corazón".

Su paseo se vió interrumpido por la aparición de alguien.
- "¡Que bueno que las encuentro a las dos!, justo me ví en la obligación de venir para hacerles una pequeña visita y que me cuenten todo sobre su matrimonio, en especial tú hermana mía" -. Al final se escuchó una pequeña risa viniendo detrás de ellas, haciendo que un escalofrío pasará por sus espaldas.

- "¡Pecora!" -.
- "¡¿Pecora?!" -. Laika sonaba mucho más asustada y tomó repentinamente la mano de Azusa.

- "¿Qué haces aquí?" -.

- "Bueno...no hubiese aparecido si me hubieran dicho que estaban casadas, no recibí en ningún momento la invitación para la boda y me sentí muy ofendida hermana, pensé que era alguien especial..." -. Se cruzo de brazos haciendo un puchero enojada.

- "Realmente no lo recuerdo Pecora, y no tienes un trato preferencial porque eres parte de la familia ya" -.

- "Ok, pero tal vez te lo tenga que recordar cuando volvamos a casa y no me vale que ahora te quieras escapar a una luna de miel con Laika porque me merezco una explicación" -. 

"¿Espera?, ¿por qué nadie me dijo que Pecora no se enteró de nuestra relación?". Azusa se giro esperando a que Laika le dijese algo, pero ella solo hizo una mueca nerviosa que escondía profundo miedo en la rey demonio. 

Pensaba que todo el mundo era consciente de que se habían casado, pero que precisamente fuera solo Pecora la única que no sabia era un problema realmente preocupante por como pueda actuar.

- "Es demasiado conveniente que aparezcas ahora Pecora..." -.

Azusa y Laika estuvieron bastante incomodas aquel día mientras le tenían que explicar todo lo que había ocurrido, a excepción de su ruptura, eso era algo que las dos juraron guardar silencio hasta resolver todo.

Antes de irse a dormir Azusa la obligó a entrar en su habitación poniéndola muy nerviosa.

- "¿Por que me mira tan enojada señora Azusa?" -. Los nervios de Laika se esfumaron al ver el rostro tan raro que tenia la bruja rubia que estaba en su pijama.

- "No me dijiste el porque Pecora no se entero de nuestro matrimonio, estuve bastante nerviosa y temo que ella nos haya descubierto" -.

Laika ya no estaba tan tensa al entender su razón.

- "Oh, supongo que se me pasó por completo decírselo antes y ahora quiere que se lo cuente" -. Las dos se sentaron tranquilamente en la cama no sin antes revisar la ventana por si alguien estuviera escuchándolas.

Laika sintió como si alguien la observara en algún lado y se aferró al brazo de Azusa mientras trataba de encontrar esa presencia con la mirada temblorosa.

- "Creo que es mejor cerrar la ventana, para estar seguros" -. 

Los días antes de la boda Azusa envió invitaciones a todo el pueblo en una carreta junto a Laika que estaba tan roja que sudaba.

- "Ten un pañuelo Laika, ¡no te desesperes por nuestra boda que pronto por fin estaremos juntas por la eternidad!" -.

- "Si...juntas por la eternidad..." -. Se cubrió la cara de solo pensar en todo el tiempo que podria pasar junto a ella.

- "¿También estamos invitadas?" -. Vania y Fatla recibieron la noticia por parte de Azusa luego de que llegara muy inesperadamente.

- "¡Por algo yo estoy aquí!, ¡habrán músicos incluido Kuku y Flatorte así que quiero que todo sea para el recuerdo!. Por eso necesitamos grandes cocineras para toda la gente" -.

- "¡Gracias por la invitación Azusa, espero que tu y Laika puedan tener una hermosa relación!" -.

- "¿Ves Laika?, todos están tan felices de vernos unidas" -. Azusa abrazo como si fuera un peluche a la dragona que estaba tieso como un maniquí y roja, mientras las dos hermanas se reían por lo bajo de su cara.

Pasaron los días y no faltaba absolutamente nadie que haya sido invitado, a excepción del rey demonio.

- "Señora Azusa, ¿no piensa invitar a Pecora?" -. 

- "¡Nonono!, ¿sabes lo dura que ella se pondrá contigo?, tengo miedo de lo que sea capaz de hacerte si se entera" -.

Laika sentía un poco de miedo ya antes cuando comenzaron a florecer sus sentimientos por Azusa, pero creía completamente que si hablaban muy tranquilamente con Pecora no se pondría enojada, los días pasaron y para su sorpresa Azusa no quiso invitarla ni mencionar el tema en lo mas mínimo.

- "Se lo tomó bastante bien...incluso si no hubiera perdido la conciencia me volvería a sentir muy asustada de como reaccionaria ante la repentina noticia, supongo que Beelzebub también guardó el secreto para que no se distrajera y por si hiciera algo en la boda" -. 

- "¿Quiere que me quede esta noche para dormir junto a usted?" -.

- "¡No hay problema!, ya no he tenido ninguna pesadilla así que todo esta bien...¿Pero tú estás bien?, te noté bastante tensa hace un rato cuando te asomaste por la ventana y si realmente te sientes insegura puedes quedarte aquí" -.

- "No era nada, es solo que me puse nerviosa porque aún no hemos podido resolver este problema del matrimonio" -.

- "Tienes razón" -. Azusa suspiró con la mirada en el suelo apretando los labios.
Laika sería muy cruel si no aceptara la decisión de ella, así que solo debía tragarse su propio dolor. Había vuelto a la normalidad con Azusa después de poder confesarle sus sentimientos, pero cuando el incidente del hongo atacó, no pudo evitar sentirse en un sueño cuando hicieron la boda.

Azusa en cambio se sentía bastante diferente pero muy triste por romper el matrimonio. La confesión de Laika aunque la dragona no lo notase, le afectó al poder escuchar sus verdaderos sentimientos por ella luego de todo el tiempo que habían pasado, no era algo extraño como lo que sentía Pecora que le gustaba llamarle hermana y le diera besos en la mejilla, o con lo que podría pasar con alguien más, se sentía diferente y hizo que estuviera reflexionando todo ese tiempo por los sentimientos de Laika, todo el incidente del hongo y el matrimonio han enredado más las cosas en su pecho haciendo ver de una manera más distinta a la dragona de cabello rojo.

- "¡Pero tranquila!, mañana iremos juntas a la iglesia y resolveremos todo esto muy rápido, toda la familia volverá a estar en sus lugares y podremos hacer que todo esto fue una simple anécdota–" -.

- "Que es lo que usted siente realmente por mí?" -.

- "¿Ah?" -. Azusa estaba impactada por la valentía que tomó Laika en hacerle aquella pregunta en ese momento, estaba con la guardia baja por completo y se quedó en blanco.

- "Yo...¡no sé que decir Laika!,  este no es un buen momento para mí para decir algo, ahora mismo estoy muy confundida, realmente lo siento" -.

- "No tiene porque apresurarse señora Azusa, aún tiene bastante tiempo hasta que se haga de día" -.
Laika se giró hacia Azusa sonriéndole antes de salir de por la puerta.

-"Que tenga buenas noches" -. La puerta de la habitación quedó un poco abierta cuando ella se fue, pero ahora mismo no le preocupaba cerrarla.

Azusa entró al mundo de los sueños luego de acomodarse en su almohada y arroparse, cargando con la mochila en sus hombros de los sentimientos que tiene ahora mismo en su corazón.

Laika estuvo unos segundos afuera de la habitación aún sin moverse, se asomó un poco en la puerta asegurándose que se había dormido, después de hacer la pregunta a Azusa ya no se sentía tan presionada ya que ahora la que debía responder era ella.

Con el asunto aún en su etapa culminante decidió poner fin al día llendo a su habitación para descansar.

Cerró la puerta con cuidado para no despertar a nadie.
- "No me gusta que me dejen esperando toda la noche, después de todo aún tengo una conversación muy importante contigo Laika" -. Al entrar en su habitación encontró justo a su espalda a alguien que tenía unos ojos sombríos, Laika se quedó inmóvil del miedo y casi le da un infarto del repentino susto, no quiso gritar por ayuda ya que no quería armar un escándalo, se armó de valor aceptando su invitación a salir de la casa.

- "Es obvio que e-estábamos incómodas por no habértelo dicho antes, realmente lo siento mucho Pecora. Espero que no hayas pensado cosas extrañas" -. Laika bajó la cabeza apenada tratando de convencerla.

Las dos fueron a una cafetería del pueblo que aún seguía abierto al no ser tan tarde, pero eran las únicas que estaban en el lugar mientras tomaban un té.

- "Yo sé que esconden algo, sus miradas lo dicen todo, por lo menos me gustaría saber si van a ser lo suficientemente honestas conmigo sin ocultar nada" -.

Laika balbuceó varios segundos buscando como responderle pero no lo consiguió, y se tuvo que rendir sabiendo que la verdad sería revelada tarde o temprano.

- "Yo y la señora Azusa romperemos nuestro matrimonio" -.

Adelante en la silla de enfrente se encontraba Pecora, mostrándose impactada ante la noticia y su taza cayó al suelo, el mesero la recogió con bastante miedo ante el aura que estaba desprendiendo la rey demonio.
- "¿Cómo...pero por qué?, ¿no será acaso porque las descubrí y tienen miedo que pueda hacer algo verdad?" -. Se apoyó en la mesa con una voz bastante grave.

- "¡Te equivocas!, es algo que las dos llegamos a un mutuo entendimiento, resulta que antes de que sucediera todo lo de la boda la señora Azusa se comió un hongo extraño y por eso se enamoró de mí, ya se le pasaron los efectos y ella ya no debe sentir nada por mí y lo mejor es que terminemos con esto para no hacerlo más incómodo" -.

La chica que movía su cola puntiaguda se acercó a su rostro muy enfadada.
- "¿La amas o no Laika?" -.

- "¡Y-yo...amo a la señora Azusa!" -.

- "¡No te escucho!" -.

Laika respiro muy motivada ante el desafío que le estaba poniendo.

- "¡YO AMO A LA SEÑORA AZUSA!, ¡ella es la persona que me acogió y he terminado completamente enamorada!" -.

- "¡¿Quieres demostrarlo?!, ¡pues entonces ven conmigo y tendrás que dar toda tu vida en ello!" -.

- "¡SÍ lo haré!, ¡por mi amor a la señora Azusa!" -.
Laika respondió con su corazón siguiendo a Pecora luego de que la motivara por un motivo que no entendía.

Luego de varias horas de viaje que no detuvieron toda la emoción que emergía dentro del corazón de Laika, se dió cuenta que habían llegado a un sitio muy peculiar que la dejó helada y con ganas de dar la vuelta corriendo.

- "Espera...¿por que me trajiste a tu castillo, Pecora?" -.

- "Porque mañana será el gran día en el que ambas tendremos una batalla por decidir quien será la pareja de mi hermana, no te preocupes por la habitación ya que les dije a los guardias que te hospedaran y puedas tomarte un descanso antes de nuestra pelea, ten buenas noches Laika" -. Pecora le sonrió y agitó la mano rápidamente mientras se despedía de ella, Laika fue tomada por varios guardias y la obligaron a caminar.

- "¡¿COMO QUE VAMOS A TENER UNA PELEA?!, ¡Pecora yo no me estaba refiriendo a esto, no quiero pelear contigo, por favor que los demás se van a volver a preocupar si me vuelvo a desaparecer tan repentinamente de la casa!, ¡no lo hagas!" -. La voz de Laika se hizo eco entre las inmediaciones del enorme castillo, haciendo que alguien levantara las orejas.

- "¿Por que escucho la voz de Laika en mis sueños?, ugh..incluso la puedo oír en mi cabeza" -.

Abrí los ojos mirando al techo, me encontraba en una habitación distinta a la que suelo despertar siempre y suspiré frustrada.

Caí en el truco de Pecora y ahora me metí en una pelea peligrosa, porque conozco los riesgos y a Azusa le costó ganarle a ella.

Me levanté de la cama, quedándome sentada en el borde mientras miraba a la puerta con un semblante perdido.

Hay habían varios guardias justo cuidando que no salga, ayer lo intenté a la desesperada y me atraparon otra vez.

También estuve con un poco de problemas para dormir anoche, pensando en todos y en especial en la señora Azusa, espero que esté bien y no se preocupe por mi.

- "Tendré que tomar la pelea y luego volveré tranquilamente a casa, no debería ser complicado a excepción por el reto de enfrentar a un rey demonio" -.

Me froté los ojos soltando un bostezo y me quedé mirando a la luz que provenía de la ventana abierta...¿abierta?

¡La ventana está abierta; todo este tiempo pude haber escapado!, esta es mi oportunidad para huir...

Me convertí en un dragón pequeño y a alta velocidad salí disparada a la ventana, pero antes de ver la luz del sol mi visión se topó justo afuera a Pecora, que estaba apoyada con una sonrisa.

- "¿Que pasa?, ¿los dragones azules te comieron la lengua?" -.

- "a...a...a..." -. Sudaba del miedo ante el aura que transmitía Pecora, ignorando su sonrisa por completo.

- "B-buenos días Pecora" -. Lentamente retrocedí para entrar otra vez en la habitación.

- "Buenos días para tí también Laika, que bien que por fin despertaste, ahora iré a avisarle a los guardias para que te bajen a desayunar, después será el momento de nuestra batalla" -.

Pecora cerró la ventana en mi cara poniéndole seguro, varios segundos después volví a mi forma humana y golpeé la pared muy enojada por ser tan tonta.

- "¿Que estará haciendo la señora Azusa en estos momentos?, ¿vendrá a buscarme?" -.

Desperté sintiendo dos presencias a mis lados, eran las niñas que se encontraban dormidas y me dió demasiado miedo en hacer un movimiento por si las despertaba.

- "Ya es el día..." -. Susurré por lo bajo muy seriamente.

Pero parece que con todo el silencio que hacía afuera fue suficiente para que Falfa y Shalsha también abrieran los ojos un poco curiosas mientras me veían muy sonrientes.
- "¡Buenos días mamá!" -. Respondieron muy animadas las dos.

- "Buenos días, ¿cuando entraron a la habitación niñas?" -.

- "Anoche la puerta quedó abierta y queríamos dormir contigo, espero que no haya sido una molestia" -.

- "Creo que eso me hizo dormir mucho mejor así que se los agradezco, siempre pueden venir a dormir con mamá cuando quiera, no importa lo demás" -.

Aunque lo recuerdo bien, la última que estuvo aquí fue Laika así que habrá sido ella la que dejó la puerta abierta.

Estuvimos acostadas un rato en silencio, haciendo nada, bueno solo acariciando sus cabezas pero nada más relevante, no quería comenzar el día de una manera tan pesada.

- "¿Ya están todos despiertos?" -.

- "Creo que solo falta mamá Laika" -.

- "..." -.

- "Mamá, ¿pasa algo entre ustedes dos?, estos días han estado actuado extraño y nos preocupa mucho" -. Falfa me tomó de la mano y sus ojos brillaban de profunda tristeza, haciendo que tuviera un nudo en la garganta al no poder contarle nada a ellas.

- "No es nada, solo que es un poco increíble que en el poco tiempo que estuve bajo los efectos del hongo me haya casado con alguien, aunque no podía esperar menos de un hongo del amor" -.

- "¡Nosotras estamos felices de ver a mama feliz!, así que por eso no nos parece mal que ahora estén juntas" -.

Me animaron mucho las palabras de Shalsha, no había caído en cuenta que las demás todo este tiempo no se han sentido incómodas y no han tenido ningún problema por nuestra relación, pero aun así yo debo de hacer lo que acordé con Laika para que no suceda nada.

Les señalé que bajarán mientras yo me quedaba en la habitación, era necesario que me tomará un tiempo para responder a la pregunta que estaba atascada en mi corazón y que la propia Laika insistió ayer antes de dormir, desde el preciso momento que despertamos juntas aquella mañana.

- "¿Que siento ahora por Laika?" -. Dije eso mientras veía el hermoso anillo que estaba brillando en mi mano.

- "Está muy lindo tu anillo Laika, que buena suerte que mi hermana solo tenga ojos para ti" -. Laika miró de reojo su anillo plateado cuando Pecora se acercó en la mesa para ojearlo.

- "Ya te dije que ambas tenemos intenciones de romper nuestro matrimonio Pecora" -.

Pecora soltó una risita luego de escucharla tan enojada mientras se sentaba nuevamente para terminar con su desayuno, Laika mostraba una expresión de molestia y segundos después bajó la cabeza muy sombría.

- "Pues viendo tu rostro sé que mientes completamente, tu corazón está triste porque es el que no está de acuerdo con separarse de Azusa" -.

Laika permaneció en silencio sin mover su rostro pero la expresión era más notoria, dandolé la razón a Pecora.

- "Incluso estoy comenzando a sospechar que mi hermana Azusa tampoco quiere romper ese matrimonio, lo están alargando demasiado si realmente ustedes querían romperlo antes. Además anoche las estuve escuchando y por su tono de voz diría que no se sentía muy feliz" -.

- "Eh, eso no es verdad porque la señora Azusa...¡¿NOS ESCUCHASTE ANOCHE?!" -. El grito resonó en todo el castillo y Pecora se aguantó la risa.

- "Estabas temblando del miedo y te pegaste al brazo de mi hermana, tuve que controlarme con todas mis fuerzas para no ir directo hacia ti, ¿sabes?, jajajaja" -. Pecora reía normalmente mientras Laika se quedaba helada, sabía que alguien las estaban observando pero jamás se le pasó que fuera ella, ahora sentía unos mareos de lo asustada que estaba.

- "Yo no me asusté de tí, es que me dieron escalofríos..." -. Entre balbuceos temblorosos, Laika respondió tratando de verla a los ojos.

- "¿Mi reina?" -.

- "Oh Beelzebub" -.
- "¡Beelzebub ayúdame!" -. La dragona se fue corriendo a los brazos de la chica que había aparecido de repente.

- "Ahora entiendo porque estaba escuchando tan ruidosa tu voz anoche Laika, pensé que te habías metido en mis sueños para fastidiarme" -.

- "¡Habla con Pecora y trata de convencerla para que no me haga nada!, ¡por favor te lo suplico!" -.

- "¿Que?, mi reina que piensa hacer con Laika?" -.

- "Tendremos una pelea por el amor de nuestra hermana, ¿quieres quedarte de espectadora para el increíble espectáculo?" -. Pecora juntó las manos esbozando una sonrisa para convencerla.
- "¡NO SEAS MALA POR FAVOR!" -. Laika la agitó de la blusa desesperadamente con lágrimas en los ojos mientras el demonio quedaba muy impactada.

- "Por favor ayúdame, no creo que sobreviva a este combate ni con mi forma de dragón, si ni siquiera le atiné un golpe a Azusa menos puedo hacer algo contra el rey demonio" -. Laika le susurró aquellas palabras al oido, terminando de convencer a Beelzebub.
- "Veré qué puedo hacer" -.

- "Umm...mi reina, ¿usted realmente no ha pensado en una manera más pacífica de resolver las cosas con Laika?, como una competencia, algún un juego o–" -.

- "Beelzebub te daré la oportunidad de que traigas a mi hermana para que pueda ver como me llevo la victoria, si te sigues intentando interponer en nuestro asunto tendré que removerte de puesto" -.

- "Lo siento Laika, no eres tan débil así que intenta aguantar un poquito hasta que llegue a rescatarte Azusa" -.

- "No voy ni a durar tres minutos..." -. La chica de cuernos negros bajo los brazos completamente desesperanzada mientras su única ayuda desaparecía rápidamente.
"Espero que Azusa no demore mucho".

Pecora caminó hasta ella para traerla de nuevo a la mesa y que terminara de comer.

- "Muy bien, no falta mucho para nuestra pelea que decidirá una parte de nuestro futuro, termina de comer rápido para reposar..." -.

Después de comer ambas estuvieron sentadas en el balcón del castillo con vistas al campo de pelea, Laika permanecía en silencio mientras una gota de sudor bajaba por su frente, a un lado se encontraba Pecora sonriendo tranquilamente poniéndola más nerviosa.

- "¿Crees que soy tan fuerte para aguantarte en una pelea y que esto es lo más correcto?" -.

- "Yo realmente no tengo que probarle nada a nadie, solo creo que tú te estás dejando rendir sin dar una pelea por lo que quieres, dejarás tan estúpidamente la oportunidad de quedarte con Azusa, literalmente no sabes como luchar por lo que tanto quieres" -.
Las palabras de Pecora sonaban llenas de argumentos sólidos que dejaron dolida a Laika, como si fueran un balde de agua fría de realidad.

- "¿Y cuáles son las reglas de la pelea?" -.

- "Fácil, si tú ganas eres libre de tomar tus propias decisiones con Azusa, pero si yo gano tendrás que romper con ella obligatoriamente para dejarme el camino libre a mi, fufufu..." -. Pecora reía muy confiada dejando inquieta a Laika.

- "Pero yo salgo perdiendo en ambas..." -. Trató de no sonar inconforme la dragona, pero sentía que era injusto.

- "Laika, yo te dejaré ventaja así que deja de buscarle peros al asunto o soy capaz de golpearte ahora" -.

"¡Que violenta!". La dragona tragó saliva abriendo los ojos llena de miedo, su estómago comenzaba a sentir acidez de todo el estrés.

"¿Que debo hacer?, ¿que debo hacer?". La bruja empezaba a creer que tal vez no era buena idea romper el matrimonio, por eso no había ido a buscar a Laika a su habitación por lo incómodo que sería.

No dejaba de mover la pierna balanceada en el sofá, era agobiante para ella tener que pensar en todo esto luego de que acordará con la propia Laika que ya no tendrían que ser esposas, ¿por qué empezaron a surgir las dudas a última hora?

Aún no se habían tomado el desayuno ya que seguían esperando a alguien que no salió de su habitación desde anoche.

- "Que raro, otra vez Laika no está en su habitación, ¿alguien sabe ha dónde ha ido?" -. Dijo Rosarie a todos luego de inspeccionar la habitación de la chica.

- "¿Me acompañas a buscarla afuera?, seguro debe estar matando slimes sola" -. Rosarie le pareció bien la idea de Flatorte y dejaron la casa para investigar afuera.

Azusa estaba tan metida en sus pensamientos que el mundo alrededor de ella giraba lentamente y le era irrelevante.

Hasta que un sonido dejó a toda la familia extrañada, proveniente de la bañera.

- "¡Alerta roja!" -. Un demonio de cabello blanco llegó saltando mientras salpicaba el agua fría de sus botas.

- "¿Se te acabaron las bebidas energéticas y por eso estás así de alarmada, Beelzebub?" -. Halkara se llevó un dedo a la barbilla intuyendo que debería volver a su fábrica rápidamente para traerle más antes de que se vuelva loca.

- "¡No idiota!, ¡esto es algo mucho peor!; ¡Pecora tiene a Laika en el castillo y se iban a poner a pelear!" -.

- "¡¿Eh cuando pasó eso?!" -. Azusa corrió hasta ella tomándola por los hombros mostrándose bastante preocupada porque sentía un deja vú.

- "Seguro fue anoche, mientras dormía en el castillo escuchaba la voz de Laika pidiendo ayuda, al parecer Pecora la está obligando a una pelea y no sé cuándo ocurrirá; vine lo más rápido que pude ya que solo tú eres capaz de evitarlo Azusa!" -.

- "¡¿Y-yo?!, ¡¿lo único bueno para lo que sirves es para fastidiarme?!" -. Azusa sonaba tan desesperada mientras la jalaba con mucha ira.

- "¡No soy yo la persona que tiene un harem encima!" -.

- "¡Mamá irás a buscar a Laika, verdad que si?!" -.

- "¿No sería lo mejor ir rápido para estar seguras de que Pecora no le hará nada?" -. Las expresiones de las niñas dejaron el corazón de Azusa acelerado del terror.

"Esto es malo, muy malo...no me he decidido que hacer con mi matrimonio con Laika y ahora tengo que salvarla de una loca rey demonio que es capaz de asesinarla justo como ví en ese sueño, ¡no quiero que eso se cumpla por nada!". Azusa tomó rápidamente su túnica y el sombrero saliendo muy agitada por la puerta.

- "¡Iré a rescatar a mi esposa!" -. Alzando el dedo al cielo Azusa se veía muy seria.

Sintió la mirada extraña de todas detrás de la puerta y cuando se volvió a verlas, estaban con una cara llena de asombro mientras Beelzebub escondía una sonrisa en sus labios.

"...¿Por qué me estarán mirando todos de esa manera?...ah ya sé porque es". Sus mejillas se volvieron de un color rojo intenso, para que no se dieran cuenta tosió un poco mientras desviaba la mirada.

- "¿Con que esposa eh?" -.

Sus hombros temblaron, pero aún sin querer mostrarles la vergüenza que estaba pasando al decir tan claro sus palabras pudo hablarle al demonio.

- "¿Vienes a ayudarme Beelzebub?, si te sigues riendo todo el día probablemente no llegaremos a salvar a Laika" -.

- "Ah está bien, pero debes admitir que estás cambiando mucho" -.

- "¡Halkara!, tú también retira esa sonrisa de la cara ya que todo esto empezó por tu culpa" -.

- "Lo siento maestra" -. La elfo bajó la cabeza rápidamente ante la amenaza seria.

- "Le pedí a Fatla que viniera aquí para que nos recoja y así llegar más rápido" -. La leviatán en su forma gigante apareció cerrando los ojos para saludarlas justo cuando Beelzebub la había mencionado.
- "No debió ser tan dura con mi hermana, Beelzebub, ella también es útil" -.

- "Tan útil que le pedí que no hiciera un desastre y no estuviera vageando, espero que por lo menos no arme un desastre cuando regrese" -.

- "¡Vayamos a rescatar a Laika!, tengo un mal presentimiento de que algo muy malo pasará si no nos movemos ya" -. Fatla hizo caso a Azusa volando lo más rápido posible cuando las dos subieron a su espalda.

- "No nos tomará tanto tiempo llegar al castillo de Pecora, ¿por qué no me cuentas que es lo que te pasa Azusa?" -.

La bruja permaneció en silencio por casi todo el viaje sin importarle las quejas de Beelzebub mientras volaban hacia el castillo, tenerla presionando hizo que escondiera su rostro por la timidez.

Nadie sabía que existía problemas con Laika desde que se casaron, no se lo contó a nadie y ahora que estaban en una circunstancia tan dramática solo quería desaparecer por las cosas que se acumularon.

- "¿Tienes problemas con tu linda esposa?" -.

- "¡Ya te dije que Laika no es mi esposa!" -. Azusa no pudo evitar caer en la provocación de sus palabras, se quitó las manos de la cara para gritarle muy enojada y sus mejillas se volvieron rojas, estaban ardiendo.

- "¡Legalmente ella si es tu esposa porque no se han divorciado idiota!" -. Beelzebub le respondió, dejándola completamente callada asumiendo la verdad.

Azusa decidió responder a la pregunta que había dejado en el aire desde el principio.
- "Creo que no me siento tan segura de romper el matrimonio ahora..." -. Su voz se estremecía en un susurro y la demonio se acercó asombrada.

- "¿Romper?, espera tu y Laika se van a divorciar de verdad?, ¿cuando pasó todo eso?" -.

- "Fue ayer cuando decidimos ponerle fin a todo esto" -

- "Pero en realidad me comencé a sentir muy extraña cuando descubrí que estaba enamorada de mí..." -.
Azusa se sincero por primera vez con alguien de confianza, contándole todo lo que había sucedido desde que se enteró que se casaron, como había pasado los días siguientes con tanta incomodidad junto a una pequeña y extraña sensación que no le desagradaba en su corazón.

Su manera de observar a Laika cambió, le parecía muy linda para sus adentros, en sus sueños recordaba algunas cosas que pasaron esos días que era controlada por el hongo.

- "¿Que creas que sea lo mejor que pueda hacer yo?, nunca había estado en una situación así antes donde mis sentimientos fueran tan conflictivos por varias razones que estoy considerando que podrían ocurrir en caso de que tomé alguna decisión..." -.

- "No lo sé" -.

Azusa se giró muy confundida ante la vaga respuesta que soltó luego de pasar varios minutos hablándole.
- "¡Pero me pediste que te contará todo!" -.

- "Viéndote ahora parece que estás mucho mejor después de contarme todo eso, pero si esperas que tomé la decisión por ti no puedo hacerlo, sabes que solo tú puedes ser la que tiene que hablar con Laika sobre el matrimonio.
Puedo entender que lo sientas todo demasiado apresurado ya que si quieres comenzar una relación deberían tener citas y conocerse un poco más, o por el caso de que estés muy incómoda de que todos te recuerden que estás casada y no sientes lo mismo que la otra persona" -. Beelzebub le explicó a Azusa dejándola pensando, ella asintió a lo que dijo y se centró en el horizonte, con una mirada completamente pérdida.

- "¡Oye Fatla!, ¡si es posible acelera más y te aseguro que les daremos un aumento a ti y a tu hermana!" -.

Mientras la velocidad aumentaba, en ese momento la demonio se acercó a la bruja.
- "¿Ya decidiste por fin que le piensas decir a Laika?" -.

- "Si" -.

- "¡Que comience!" -.
Pecora hizo una barrera mágica alrededor de todo el área para que nadie pudiera salir de la pelea, Laika estaba jadeando del miedo sin saber que hacer.
- "¡Por favor Laika!, ¡literalmente tu eres el dragón más fuerte de Nanterre!" -.

Laika se tomó la cabeza negando boquiabierta.
"¿Por qué habré alardeado sobre eso?, soy muy estúpida, soy muy estúpida".

El miedo invadió por completo su cuerpo desde que Pecora la arrastró al castillo, las posibilidades de que saliera con vida eran nulas y no podía escapar.

- "Está bien no me pienso oponer y tampoco tengo la manera de hacerlo, ¿que ventaja me ibas a dar?" -. Laika exhaló para relajarse y centrarse en la pelea.

- "Tendrás diez minutos donde no voy a atacarte y para ganar solo debes de encestar un golpe, si en ese tiempo no has hecho nada no dudaré en atacarte con todo" -.

- "¿No pueden ser veinte minutos de ventaja?" -.

- "¿Quieres que te dejé pelear solo con tu forma humana?" -.

- "¡Está bien me parece una ventaja suficiente!" -. Laika se arrepintió de tratar de convencer a Pecora, así que no volvió a decir nada más.

"Entonces yo si puedo al menos usar cualquier forma de dragón, tengo dos opciones..."
Laika después de pensarlo detenidamente hizo una postura de pelea que dejó muy curiosa a Pecora.

- "¿Oh vas a usar tu forma humana?, de acuerdo no cuestionaré tus tácticas, todo vale en esta pelea..." -.

"Cuento con eso".

- "¡Ahora!" -.

En un instante Laika estaba frente a los ojos del rey demonio, con ambas manos trató de hacer un rápido movimiento y de manera instintiva Pecora alzó su espada.

Fue muy tarde cuando se dió cuenta que no estaba sosteniendo nada en las manos, Laika la tomó desprevenida al comenzar atacando, porque ahora ella sostenía la espada enorme de Pecora.

- "¿Qué piensas hacer con eso?" -.

"Esta espada es muy pesada de llevar". Para Laika era muy complicado ya que debía usar fuerza de más para poder sostenerla establemente en sus manos, si fuera una espada de tamaño normal no tendría que hacer un esfuerzo mayor.

Pecora estaba consciente que había cometido un error bastante grave quedándose sin su arma para ayudarla y que la tenga su rival que tenía una ventaja por diez minutos.

Lentamente fue alejándose mientras Laika trataba de acostumbrarse al manejo tan complicado de la espada grande.

Un grito sacó de sus pensamientos a Pecora.
-"¡No huyas!" -. La espada estaba a pocos centímetros de su rostro luego de que Laika saltara a por ella con un aura imponente brillando en sus ojos rojos.

El duro acero golpeó contra el suelo haciendo un enorme agujero bajo tierra y una grieta, Pecora pudo librarse por un pelo del ataque de Laika, pero la dragona no se rindió y siguió lanzándose sin miedo llegando a rozar algunas veces el cabello de Pecora con la espada, las estructuras estaban moviéndose por el temblor.

"¡Su entrenamiento con Azusa si le está dando frutos!, debería hacerme pasar por otra persona para que me convierta en su discípula también". La rey demonio apretó los dientes mientras se encontraba concentrada en esquivar milimétricamente los ataques de su rival.

Tenía conocimientos de que Laika estaba siendo entrenada por su hermana y esperaba un considerable aumento de poder por parte de ella, pero la estaba sorprendiendo demasiado al pasar tan cerca de sus ataques.

"Esto no está resultando como quería, ¡debo de aumentar mi fuerza de cualquier manera!". Apesar de tenerla contra las cuerdas Laika estaba insatisfecha, arrugando el rostro más seria de lo que alguna vez estuvo.

La dragona de cabello rojo en su forma humana comenzó a inhalar profundamente estática en su lugar sin moverse en lo más mínimo, Pecora no entendía que trataba con esa estrategia hasta que recordó en el último momento que iba a hacer.

"¿Me había olvidado de lo más lógico?, ¡por supuesto que Laika es un dragón, puede lanzar fuego cuando le dé la gana!".

Expulsó de su boca un enorme aliento de fuego y Pecora fue viva al intentar aprovechar este momento para arrebatarle la espada que le había quitado saltando desde arriba a por su rival, pero no contaba con que Laika estaba esperando esto para volver a expulsar un montón de fuego justo en su cara.

Pecora se giró para el lado con una acrobacia, evitando que la llama de Laika la golpeara directo en la cara, un poco de humo salió de su cola pero lo apagó rápidamente con la mano.

La llamarada era tan feroz que había sobrepasado la barrera y dejó algunas estructuras carbonizadas.

Pecora giró para estar frente a Laika y no perderla de vista para saber cuando fuera a atacar, puso la mano en su frente secándose el sudor luego de pasar ese momento tan agitado.

La dragona tomaba pequeñas bocanadas de aire que hicieron que Pecora pudiera pensar un poco.
"Tengo que aguantar los ataques de Laika mí hasta que sea mi oportunidad, puede que haya mejorado desde que se convirtió en la discípula de mi querida hermana Azusa, pero eso no quiere decir que si sigue de esa manera no acabe agotada y sus movimientos sean más lentos". Una pequeña mueca de alegría asomaba por los labios de Pecora.

Pasaron unos segundos donde Laika inhaló otra vez alertándola para esquivarla, pero entonces Laika usó sus llamas para encender la espada en fuego.

- "¡Heyheyhey!, ¡¿que demonios le estás haciendo a mi preciada arma?!, ¡me va a costar mucho volver a tenerla como estaba antes Laika!" -. Pecora luego de un momento del pequeño momento de confusión, estaba bastante molesta señalándola por lo que había hecho con su espada que ahora estaba ardiendo, no podía atacar aún, así que debía relajarse para no romper el pacto.

- "Después de la pelea me disculparé por haber hecho esto, pero en esta pelea vale todo, Pecora" -. Las palabras de Laika no sonaron de la misma manera que antes de la pelea, que usaba su típico tono suave y tímido para disculparse.

"¿Se atreve usar mis propias palabras contra mí?". Pecora dudó muy incrédula.

Laika se lanzó con un grito de guerra a por ella nuevamente, su espada en llamas se clavó en el suelo otra vez dejando un enorme hoyo, ya iban varios que dejaba por su paso.

La dragón comenzó a aumentar la velocidad y atacaba con más rapidez haciendo que Pecora retrocediera, iban tan rápido que eran simples destellos lo que podía observarse.

Las estructuras comenzaron a romperse y caer debido que la espada las partía por la mitad o les dejaba varios cortes importantes, algo que Pecora no pudo dejar pasar ya que le recordó al duelo que tuvo con Azusa.

Fue acorralada en una pared y se giró detrás de su espalda para encontrar a Laika apretando los labios mientras se acercaba rápidamente al haberse lanzado cruzando la espada.

Pecora pudo esquivarlay la dragón chocó con la barrera mágica que había puesto, Laika se quedó aturdida y su cabeza no dejaba de dar vueltas tratando de recomponerse rápidamente; la rey demonio se lanzó con el deseo de recuperar su espada.

Laika tenía preparado su aliento listo para terminar con la pelea, escupió de la boca una llamarada de fuego espectacular que consumió a Pecora.

Cuando logró soltar todo lo que tenía, Laika se quedó estupefacta al ver delante a Pecora jadeando, había sobrevivido y solo tenía unas quemaduras considerables en sus brazos al verse obligada a usarlos para protegerse.

- "¿Estás bien?" -. Preguntó Laika algo preocupada pidiendo tiempo, su rostro se estaba llenando de sudor.

- "¡Laika no pierdas el tiempo, literalmente no me hiciste nada de daño!" -. Pecora alzó los brazos despreocupada y molesta al ver que interrumpió el ritmo de la pelea por algo que le parecía estúpido.
- "¡Si!" -. Respondió ella no muy segura en el fondo de sus palabras.

Y el tiempo fue pasando, la pelea dejó el campo de batalla completamente destruido con hoyos, las estructuras destruidas a pedazos por los suelos, el fuego del aliento de Laika ardía entre los escombros y se extendía como un aro.

La dragona se mordía los labios completamente exasperada, no acertó ningún solo ataque, poco a poco para su mala suerte estaba comenzando a sentirse fatigada por el maná que gastó en esos diez minutos, todos sus movimientos fueron descifrados con facilidad por Pecora, las gotas de sudor bajaban por su rostro jadeando de cansancio.

No quiso usar en ningún momento su forma de dragón ahora, debía mantenerlo para poder usarlo en un momento necesario y dejando a su rival con serias dudas de cuando iba a cambiar de forma.

En el preciso momento que transcurrieron los diez minutos, delante de su visión se podía ver una sonrisa muy sombría que se quedó grabada en la memoria de Laika.
Pecora parecía estar completamente lista de poder atacar con todo lo que tenía y no dejaría nada.

En un segundo se teletransportó quedando justo a pocos metros de golpearla, la dragona que sostenía la espada logró verla de reojo y se defendió rápidamente usando la espada, aún con la fuerza que empleó para defenderse retrocedió unos largos metros por la onda de la fuerza que tenía el ataque lanzado.

"Mis fuerzas ya no son las mismas que antes, debo de tener cuidado con lo que pueda hacer Pecora ahora...necesito que esta pelea se alargue todo lo posible". La sonrisa confiada que tenía hacían que los nervios crecían en torno a Laika.

Los ataques de la rey demonio eran esquivados con mucha dificultad, Laika se tenía que defender solo con la espada y era cada vez más lenta.
Pecora le atinó una patada en la costilla derecha y para rematar un puñetazo en el estómago que la mandó a volar.

- "Tsssk..." -. Eran los primeros golpes que estaba recibiendo y ya sentía bastante dolor, con dificultad se levantó y salió de la pared donde había terminado luego de romperla.

- "Siento que me falta algo...oh no" -. Después de estar revisando por los escombros, el brillo cegador de la espada la cegó ya que había vuelto a manos de su dueña, que pasaba una mano limpiándola.

Pecora alzó la cabeza al escuchar los pasos de Laika pero para su extrañeza no había nadie, rápidamente se puso en posición de combate y se mantuvo en silencio esperando a que decidiera aparecer.

Dió una vuelta completa con la mirada y no había rastro pero era algo extraño ya que nadie puede escapar de la barrera que ella misma hizo.
"No lo entiendo, puedo sentir la energía de Laika aquí, pero no está por ningún lado". Pecora caminaba teniendo cuidado de tropezar con un hoyo.

Revisó las estructuras caídas y arrasó con todo, las paredes que quedaban fueron destruidas pero no parecía haber alguna señal de que ella estuviera ahí.
"Si no la encuentro debe ser porque está tratando de recuperarse de alguna manera".

Pecora se detuvo en medio del campo con las manos en las caderas, se estaba sintiendo bastante enfadada.
- "¡Laika!, ¡¿dónde te metiste?!" -. Nadie respondió, se mantuvo callada intentando escuchar el cualquier mínimo ruido pero el lugar estaba en completo silencio.

Solo le quedaba revisar por los hoyos extraños que habían en el suelo.
"¿Eh?, ¿que es eso?". Cuando Pecora asomó la cabeza dentro, vió una pequeña cola de color rojo escabullirse por otra dirección sin hacer ruido.

Lentamente caminó sin hacer ruido hasta llegar a donde debía estar esa cosa, entonces preparó su puño y lo lanzó directo al hoyo viendo el reflejo de un dragón rojo en la luz.

El golpe destruyó la fila de hoyos, Pecora por fin descubrió que la que se estaba escondiendo era sin duda Laika, después de todo no había manera de escapar de la barrera.

Dos ideas pasaron por la cabeza de Pecora que sacudió su mano para quitarse la tierra.
- "¿Te escondes porque intentas recuperarte o estás tratando de ganar todo el tiempo posible para que llegue Azusa?, si es correcta la segunda opción, déjame decirte que cuando ella llegué ya te habré derrotado si actúas con esa actitud tan cobarde Laika, me parecería decepcionante de ti que te pongas a jugar al escondite, pero supongo que todo vale" -. Pecora la estaba buscando asomada por cada fila de hoyos restante para poder atacarla.

"Estoy jugando a mi estrategia, esto es lo único que puedo hacer para poder hacer algo". Laika se encontraba escondida mientras observaba a Pecora, con un rostro lleno de seriedad.

Los hoyos conectaban como túneles y un dragón pequeño entraría ahí muy fácil, por eso Laika llenó de espadazos fuertes al suelo, y con sus garras de dragón podía escavar para tener varios lugares donde ocultarse, la desventaja era la luz del sol pero no era tanto un problema al haber tantos hoyos.

- "¡Deja de jugar de esa maneraaa!" -. Pecora comenzó a golpear desesperada a los hoyos, usando su espada para cortar el suelo más rápido sin importarle donde estuviera Laika.

La dragona se encontraba arriba, observando todo desde el aire la escena de rabia que tenía la rey demonio.
"Parece que si se estaba guardando las ganas de verme a solas, con razón su extraña sonrisa cuando se enteró de mi matrimonio con Azusa". Tragó saliva algo nerviosa al pensarlo con detenimiento.

Pecora chasqueó los dientes jadeando muy enfadada, Laika sabía que era ahora o nunca.
Se lanzó en picado a por ella transformándose en su forma de dragón grande, Pecora notó una sombra a su espalda y rápidamente se giró.

Laika logró golpearla con un cabezazo y la espada de Pecora salió volando, la tomó con la mandíbula para mandarla afuera del campo de batalla y que Pecora no pudiera volver a usarla.

Ahora la pelea estaba relativamente más igualada, pero las dos sabían quién tenía la ventaja.

Laika en su forma gigante de dragón le lanzó de su boca un montón de fuego a Pecora pero ella lo pudo esquivar, para contraatacarla fue volando a ella con una velocidad que no podía ser vista.
Pecora le golpeó en un pie pero no fue suficiente para derribarla.

La dragona giró la cabeza a todos lados expulsando fuego tratando de que le diera a Pecora, que intentó tomarle la cola pero Laika estaba atenta a eso y le dió un golpe en la cara usando su cola, mandándola hacia atrás.

Pecora volvió a la carga haciendo giros en el aire para confundirla, preparó su puño luego de esquivar el aliento de fuego que le lanzó Laika con intensidad, antes de poder golpearla se teletransportó dejando muy alarmada a Laika que cubrió su cola agitandola.

Esta vez Pecora logró sujetarla con los brazos y poco a poco empezó a levantarla por los aires, fue llevándola volando y la tiró contra el suelo varias veces, Laika estaba bastante cansada para poder huir y sus maná ya no era suficiente.

Pecora la sujetó con toda la fuerza dándole la vuelta varias veces, para después soltarla y dejar que Laika se estrellara, que intentó cubrirse con las alas del impacto pero no pudo evitar darse de pleno contra la única estructura que seguía en pie y se le cayó encima.

El humo nubló la vista de Pecora, que se fue acercando para comprobar si la había dejado fuera.

Laika se encontraba en su forma humana, su frente estaba sangrando y tosía, intentó ponerse en pie pero solo pudo hacer un gemido de dolor.

Apoyó los brazos para poder sentarse pero el cuerpo no reaccionaba y se tuvo que quedar tirada otra vez. Pecora apareció frente de ella alzando el brazo con una sonrisa, su espada fue directo a su mano pudiendo recuperarla.

- "Ganaste Pecora..." -. Laika habló con una voz derrotada, cerrando los ojos queriendo descansar por un buen rato.

- "Diste buena pelea, mi hermana te está enseñando bien...demasiado bien" -.

Pecora con una expresión sombría alzó la espada con su objetivo puesto en la cabeza de ella, posó ambas manos en la vaina de la espada para poder darle el golpe definitivo y por tanto, ganar el amor de Azusa.

- "¡NO LO HAGAS!" -. Un grito lleno de desesperación se escuchó justo detrás de ella antes de poder mover la espada y quedó incrédula.

Pecora fue empujada por Azusa que puso sus brazos alrededor de ella para que no hiciera nada estúpido, las dos cayeron al suelo junto a la espada que quedó cerca de caer en el estómago de Laika.

- "¡¿Por qué quieres matar a Laika?!, ¡¿POR QUÉ?!...¡ella no te hizo nada malo para que le hicieras eso!" -. Las lágrimas brotaron de los ojos de Azusa, dejando al rey demonio completamente paralizado y muy asustado cuando se puso a sollozar.

Sacudió las manos rápidamente para tratar de calmarla.
- "¡Espera hermana, yo no quería matarla!, s-solo necesitaba darle un toque con la punta de la espada para que la victoria sea mía oficialmente, Beelzebub debió haberte explicado–" -.

- "¡NO, NO, NO, NO, NO Y NO!, ¡está ridícula pelea queda cancelada!" -. Las lágrimas de Azusa se detuvieron y con una mirada muy amenazante hizo que Pecora no tuviera más opción que permanecer callada para que no pudiera enojarla más.

Laika abrió los ojos poco después mientras descansaba plácidamente en el regazo de alguien, acariciando su cabello para que se tranquilizara ya que su respiración era algo asustada.
- "Que bueno que despertaste Laika, ¿te sientes bien?" -. Con una sonrisa Azusa se quedó mirándola y ella estaba muy asombrada.

- "¿Señora Azusa?...yo...siento mucho haberme desaparecido–" -.

- "¿No te duele nada?" -. Azusa la interrumpió e ignoró su disculpa porque se sentía más preocupada por su estado, haciendo que Laika se asombrará aún más.

- "Si...estoy bien, gracias por venir a buscarme" -. Se formó una sonrisa en los labios de Laika, Azusa estaba más tranquila y siguió acariciándole el cabello, ignorando la presencia de Pecora y Beelzebub que contemplaban la escena en silencio.

- "Por la pelea que tuve olvidé que hoy iríamos a firmar el divorcio, si hubiese podido avisarle que no estaría en casa le habría dejado una nota. Espero que no se enoje conmigo" -. Laika se lamentó muy triste por haber no cumplido su palabra.

La mano de Azusa pasó del suave cabello rojo a la mejilla de Laika, que se puso tensa ante el repentino contacto y la sonrisa que tenía en su rostro.
- "Eso no importa...estuve pensando desde anoche en muchas cosas entre nosotras" -.

Laika parpadeó esperando una explicación, Azusa hizo un suspiro tranquilo para poder decirle todo.
- "Escucha, sé que ayer ambas planeamos que debíamos divorciamos, pero me puse a pensar en todo lo que pasó desde la confesión y tú pregunta, he cambiado de opinión..." -.

- "¿A qué se refiere señora Azusa?" -.

Azusa se puso a buscar la mano de Laika y la entrelazó con la suya, las mejillas de la chica se pusieron rojas sintiendo las pulsaciones de su corazón mientras veía a los ojos a Azusa.

- "No quiero que este matrimonio se termine" -.

Un momento después del silencio de Laika que la dejaron incrédula, preguntó muy ilusionada en sus ojos que se notaba.
- "¿Habla en serio?" -.

- "Por supuesto que sí, vamos y te lo explicaré todo, ahora si nos permiten debemos irnos a casa..." -. La bruja ayudó a Laika a levantarse, pasando su mano por la ropa para limpiar la suciedad que tenía y poder irse montadas en Fatla.

- "¿Hermana no estás enfadada conmigo verdad?" -. Pecora al momento en que Azusa se acercó, hizo una sonrisa inocente.

- "Prefiero olvidar que todo esto ocurrió, todos debemos olvidar que alguna vez hubo una pelea entre ustedes.
En especial tú Pecora, espero que puedas asumir y digerir la realidad de nuestro matrimonio" -.

- "Por supuesto que lo haré hermana, ¡por eso les desearé lo mejor a ustedes dos en su relación!...mientras no escuché que Laika se porte mal contigo no hay problema" -.

"Tendré que tener más en vigilancia a Laika en ciertos momentos, solo para evitar estos incidentes la próxima vez". Azusa no confiaba mucho en la sonrisa adorable que había puesto la rey demonio para intentar convencerla de que ya solo habría paz.

- "Parece que esta es la confirmación de una linda pareja que perdurará por la eternidad..." -. Beelzebub estaba sonriendo mientras veía a Azusa y Laika alejarse volando con Falta.
- "¿Dejará en paz a Laika o piensa seguir luchando por el amor de su hermana, mi reina?" -.

- "No prometo nada" -.

Después de un lento y tranquilo viaje regreso al pueblo, Azusa y Laika estaban tomadas de la mano luego de todo lo que había pasado para poder llegar a ese momento que nunca creyeron que llegaría.

- "Me di cuenta que no duré mucho contra el rey demonio y di todo lo que tenía, ¿señora Azusa, cree que yo estoy avanzando con mi aprendizaje?" -. Laika se puso un dedo en la mejilla de lo nerviosa que estaba esperando su respuesta.

- "Diría que te has vuelto más fuerte que antes y eso me enorgullece, aún no olvides que soy yo la que te enseña, puede que estemos 'casadas' pero seguiré siendo tu maestra" -.

- "¡Si!" -. Laika sonrió muy brillantemente sacándole una sonrisa también a Azusa, mientras ambas admiraban el paisaje del atardecer del pueblo.

Pasaron las semanas y todo volvió a la normalidad, dos chicas se encontraban caminando tranquilamente para ir a casa luego de estar haciendo el favor de matar muchos slimes que habían escapado al pueblo.

- "¿Dijiste que querías que le quite el castigo a Halkara?" -.

- "Sé que cometió un grave error aquella vez con el hongo, pero creo que está siendo demasiada estricta con ella señora Azusa" -. Laika se veía bastante enfada, para demostrarlo hizo un puchero que sorprendió gratamente a Azusa.

- "Ok, ok, ok...pero la próxima vez alguien debe vigilar su comida, en especial los hongos que traiga" -. Azusa se rió nerviosamente apretando su agarre a la mano de ella, pocas veces podía ver a Laika enfadandose con ella y le gustaba mucho verla así.

Azusa se sentía muy feliz de estar sosteniendo su mano y soltó un susurro tímido.
- "Esto es tan hermoso..." -.

- "Si" -.

Sintió un jalón extraño y tímido de su mano, Azusa miró a Laika expectante ante su llamado inquieto.
- "¿Puedo...?" -.

Verla tan tímida rodando los ojos a ambos lados sin saber como terminar la frase, era algo que Azusa se le hacía tierno y no podía negarse en lo absoluto.
- "Claro que puedes Laika" -.

Muy lentamente Laika se acercó a su rostro muy sonrojada, plantando un cálido beso en su mejilla que dejó ruborizada a Azusa
"Se siente tan bien".

- "¿Azusa?, notó su rostro insatisfecho" -. Ante la evidencia de Laika, no tuvo más remedio que asentir.

A Azusa le gustaba Laika y se sentía feliz de que así fuera, desde que comenzaron a salir hicieron toda clase de cosas apesar de que las llamarán esposas o mencionaran el matrimonio, de hecho ahora le gustaba todo eso.

Experimentaron todo tipo de emociones y han llegado a darse besos, pero solo simples besos en la mejilla.

Después de un rato de silencio incómodo por parte de Azusa dijo con insatisfacción.
- "No estuvo mal, pero siento que quiero algo más, no sé cómo decirlo..." -. Hinchando las mejillas al no saber como ponerlo en palabras, Azusa suspiró frustrada.

Laika lo pensó un poco hasta poder llegar a una conclusión, se tomó de valor sacudiendo la cabeza para no sonrojarse y con sus manos tomó con delicadeza sus mejillas.

La acción de Laika tomó desprevenida a Azusa, y más cuando sintió sus suaves labios unidos a los suyos, fue el momento que Azusa tanto esperaba desde hace tiempo, su rostro se volvió como un tomate y estaba tan pérdida ante el sabor de fresa que tenían, su cabeza no había explotado de milagro.

Correspondió tímidamente el beso embobada, hasta que Laika fue la primera en separarse mostrándose bastante roja.

Azusa parpadeó boquiabierta también roja, balbuceó unos segundos mientras su corazón se descontrolaba.
- "Wow...yo...ja..." -. Tuvo que desviar la mirada al no poder decir algo coherente, se sentía bastante tímida y Laika se rió ante esto.

- "Se refería a un beso normal, ¿verdad?" -. Azusa se giró asintiendo un poco embobada.
- "Me encantó, Laika" -.

Ella sabía lo especial que era ese momento para Azusa, porque era el primer beso que podía recordar y sentir con sus labios, sonrió sintiéndose tan feliz.

- "¿La señora Azusa se acaba de sonrojar?" -. Entonces Laika bromeó tomando su mejilla, y Azusa se comenzó a reír desviando la mirada otra vez.

- "Laika, te dije que solo me dijeras Azusa sin ningún modismo, y no responderé a esa pregunta tan obvia" -.

- "Lo sé, Azusa" -.

Las dos chicas se fueron tomadas de la mano, mientras eran esperadas por toda la familia afuera de la casa ya que habían acordado en hacer un picnic.

"Solo el tiempo me dará la razón de que esta fue la mejor opción para las dos". Fue lo que pensó Azusa mientras se giraba, Laika al sentir su mirada se giró y no pudo evitar sonreír, provocándole también una sonrisa a Azusa.

Notes:

¡Me alegra que hayan llegado hasta aquí y les haya gustado la historia!, me sentí en la obligación de hacer un fanfic de este ship y ya cumplí con mi parte.
Ahora podré retomar los otros fanfics que tengo en pausa, aunque también es probable que suba algo más de slime taoshite.
Nos vemos pronto...BYEEEEE!